La localidad gaditana ha sabido desarrollar un turismo de alta calidad, ofreciendo la excelencia en toda su oferta, desde el turismo de sol y playa, que cada vez más atrae a un público centroeuropeo necesitado de cielos luminosos y temperaturas agradables, hasta los alojamientos más exclusivos y la oferta de turismo deportivo más completa.
Sus playas, recorridas por extensos paseos marítimos por los que caminar y disfrutar de los magníficos atardeceres que se han hecho famosos más allá de sus fronteras, o por la red de pasarelas de madera, perfectamente integradas en un entorno natural de dunas y pinares, se convierten en un lujo difícil de igualar. El Chorrillo, la playa de la Costilla, que ha llegado a ser denominada ‘La Concha del Sur’, Piedras Gordas, Punta Candor o La Ballena... todas ellas únicas, desde el encanto de las playas urbanas como la afamada Costilla, hasta el de las playas más naturales y paradisíacas, como Punta Candor. También cuenta el municipio con un moderno puerto deportivo-pesquero, denominado Astaroth, haciendo referencia a los antiguos orígenes de la localidad gaditana. Para conocer mejor la costa roteña y su idiosincrasia, hay dos lugares de obligada visita: los corrales de pesca, monumento ecocultural natural de Andalucía, y el Centro de Interpretación del Litoral, que explica las peculiaridades de su fisonomía y su fauna y flora.
Pero, retornando al principio, Rota no es sólo éso. La ciudad, de ricos orígenes históricos, regala al visitante monumentos significativos como el Castillo de Luna, de origen bajomedieval, que es actualmente la Casa Consistorial, o la Iglesia de la O, de estilo gótico tardío, aunque es destacable la singular Torre de la Merced, último vestigio de un convento de los Mercedarios, que sus pies alberga hoy día un bello Mercado de Abastos, así como diferentes dependencias municipales, y una sala de exposiciones.
Especial mención ha de hacerse al Museo Ruiz Mateos, que acoge en sus salas una selección de obras, en su mayoría contemporáneas y de todas las disciplinas, que asombrará a cualquier amante del arte.
Rota conserva intactos sus orígenes camperos, en la figura de mayeto, el tradicional labriego de los campos roteños que hicieron famosa su huerta en todo el país. No en vano se hablaba de las roteñas calabazas y tomates. Para recordar este modo de vida, el Centro de Interpretación de la Mayetería enseña a los visitantes cómo se vivía en el campo hasta hace pocos años, y podrán degustar además un plato tan típico como el arranque, elaborado con productos recogidos de la tierra. La gastronomía roteña tiene esa influencia campera, pero también marina, y su plato estrella es la afamada Urta a la Roteña. Pero también hay lugar para la vanguardia en sus fogones, y prueba de ello son muchos de los establecimientos hosteleros que ofrece la ciudad.
En cuanto a su entorno natural, Rota conserva zonas amplias de pinares que lindan con sus playas, donde disfrutar de una jornada de descanso o de ejercicio, así como numerosas zonas verdes: el mejor ejemplo de esta voluntad de unión entre lo urbano y lo medioambiental es Costa Ballena, un complejo turístico residencial ejemplo de sostenibilidad en España, que además de parques y jardines, y una extensa playa, la que da nombre al lugar, cuenta con una amplia oferta hotelera de primera clase, y numerosas instalaciones deportivas, como sus campos de golf, diseñados por el campeón José María Olazábal, o diversos campos de fútbol, pistas de pádel, y una escuela de vela para los amantes del mar.
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