Cádiz es la segunda provincia que mayor tasa de agresiones a médicos registra a nivel nacional

6,71 de cada mil médicos colegiados en la provincia ha sido víctima de algún episodio violento. Sólo Jaén (8,19) supera a nivel nacional está cifra.

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Cádiz se sitúa entre las provincias españolas que presenta una mayor incidencia de agresiones a médicos. Concretamente 6,71 de cada mil médicos colegiados en la provincia ha sido víctima de algún episodio violento. Sólo Jaén (8,19) supera a nivel nacional está cifra, según se desprende de los primeros datos cuantitativos arrojados por el registro nacional de agresiones a médicos elaborado por el Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial y que ha sido presentado esta mañana en la sede del Consejo General de Colegios de Médicos en Madrid.

El Presidente del Colegio de Médicos de Cádiz, Dr. Miguel Morgado, ha valorado estos datos y ha afirmado que “las agresiones a médicos se mantienen en niveles intolerables, por lo que venimos reclamando la máxima colaboración de la Administración, ya que es en el ámbito de la Sanidad pública donde se producen la inmensa mayoría de los episodios violentos contra facultativos”.

“Una vez más debemos insistir a nuestros colegiados sobre la importancia de denunciar la agresión y reiteramos a la Administración la perentoria necesidad de generalizar los dispositivos de prevención y disuasión para evitar agresiones a quienes realizar su labor asistencial”, ha declarado el Dr. Miguel Morgado.

Sólo el “iceberg” del problema
En términos generales, este registro nacional destaca que el sector de Atención Primaria es el más castigado por las agresiones contra el personal médico. Los datos, correspondientes a 2010, arrojan un total para toda España de 451 agresiones registradas a médicos colegiados, un dato que equivale al “iceberg” del problema porque la base del mismo podría estar aún más dimensionada.

El mayor porcentaje de los actos violentos contra el personal médico se registraron en el primer nivel asistencial. Un 57 por ciento se produjeron en las consultas de Atención Primaria, más otro 8 por ciento en los Servicios de Urgencias Extrahospitalarias, lo que equivale a que prácticamente el 65 por ciento de las agresiones se acumulan en dicho nivel asistencial, siendo el sector público más castigado que el privado, en este sentido.

Si bien no hay diferencias acuciantes en cuanto al género del médico agredido, sí se ha detectado que el grupo de edad más afectado es el comprendido entre los 46 a los 55 años; en cambio se observa un menor número de casos entre los mayores de 66 años y los médicos más jóvenes.

Con respecto a la tipología del agresor no hay un perfil claramente establecido, dada su heterogeneidad, pero sí es destacable el hecho de que una de cada tres agresiones es realizada por un familiar del paciente.

De los datos obtenidos sobre las causas que motivan este tipo de agresiones, la discrepancia con la atención médica es la que figura como principal desencadenante del acto violento contra los facultativos, seguida de la negativa a recetar el fármaco demandado por el paciente, y de discrepancias personales con el facultativo.

De la información extraída cabe destacar otros datos, tales como que el pico más alto del número de agresiones se produjo en verano, concretamente, en el mes de julio, que más de un 18 por ciento de las mismas terminaron en lesiones y que más de un 13 por ciento de los agredidos tuvieron que solicitar la baja laboral.

Por comunidades autónomas, Andalucía y La Rioja figuran entre las autonomías donde se ha registrado un mayor número de casos, y, por el contrario, otras comunidades, como Aragón, Baleares y Navarra, arrojaron unos índices muy bajos de agresiones.

La colaboración de todos los Colegios de Médicos ha sido decisiva para recopilar todos los datos disponibles y poder configurar este registro, hasta ahora inexistente. Se trata de una iniciativa, pionera a nivel de todo el territorio nacional, que parte de la voluntad de contribuir a dar respuesta y soluciones a esta lacra de violencia contra el personal médico, que se ha ido incrementando en los últimos años hasta convertirse en un grave problema social, para el que desde la profesión médica se pide “tolerancia cero”.

A partir de la descripción de la situación, desde el Consejo General de Colegios de Médicos se quiere transmitir un mensaje que se considera fundamental, como ha manifestado su Secretario General el Dr. Serafín Romero: “El médico o médica que recibe amenazas o que es agredido psíquica o físicamente tiene que tener presente la importancia de denunciar el hecho no sólo en su lugar de trabajo, a su superior o gerencia, sino también a su propio Colegio de Médicos. El hecho de comunicarlo en la entidad colegial sirve además de para registrar y contribuir a dar solución a la lacra, también para obtener respuesta a su agresión y acompañamiento jurídico, médico y laboral”.

Observatorio de Agresiones
Bajo la premisa “agresiones a médicos, tolerancia cero”, este Observatorio impulsado desde la Organización Médica Colegial ya ha dado sus primeros resultados, a partir del establecimiento de un método de trabajo eficaz para el que se ha contado con la colaboración de todos los Colegios de Médicos de España, y que constituye la principal herramienta de la profesión para conocer con exactitud en el terreno en el que hay que moverse con respecto a la violencia contra los médicos.

Como ha manifestado al respecto, el Coordinador de este Observatorio, el Dr. Alberto Becerra, “vamos a defender, por encima de todo, los intereses y el bienestar de nuestros médicos, llegando al fondo de la cuestión en esto y también en el análisis de los ámbitos organizativos y en el de las expectativas de los ciudadanos en relación a los servicios sanitarios”.

Lograr la intervención de los correspondientes ministerios fiscales es otra parte fundamental del trabajo que se está llevando a cabo desde las instituciones colegiales. Como señala al respecto el Dr. Becerra, “una de nuestras aspiraciones en este sentido es lograr la consideración de atentado contra la autoridad, en este caso sanitaria, en todo el territorio”.

La lucha de los Colegios de Médicos para el reconocimiento del profesional como autoridad y para que se haga justicia frente a esta clase de actos vandálicos ha dado ya algunos frutos. Prueba de ello es que en algunas CC.AA., gracias a la presión ejercida, se ha logrado que las agresiones contra un médico, reconocido como autoridad, sean ya consideradas como delito de atentado.

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