Dice que se quedó dormido en un permiso de dos horas pero no volvió hasta que fue apresado, un mes después
Miguel Montes Neiro, considerado el preso común más antiguo de España, ha sido juzgado este lunes en Granada acusado de fugarse aprovechando un permiso para ir al velatorio de su madre, hechos que ha negado. En contraposición, mantiene que “se quedó dormido” en una de las habitaciones de la casa familiar tras ingerir un calmante y que los agentes policiales que le custodiaban no se dieron cuenta.
Este recluso ha enlazado condenas desde hace 34 años y, a pesar de no tener delitos de sangre, lleva desde 1976 sin acceder a la libertad, tampoco provisional. Además, la reciente entrada en vigor del nuevo Código Penal le perjudica, ya que no permite que los excesos en el cumplimiento de prisión preventiva sean descontados de causas distintas a las que se refieren. El último recuento de penas pendientes, si no varía, sitúa en 2025 el año de salida de la cárcel del preso, que para entonces ya tendría 75 años.
Durante el juicio de este lunes, que ha quedado visto para sentencia, el procesado ha reconocido que desde que entrara en prisión en 1976 se ha fugado entre 12 y 14 veces de la cárcel, aunque niega haberlo hecho en noviembre de 2009 durante el velatorio de su madre, al que pudo asistir en virtud de un permiso extraordinario de dos horas concedido desde el Centro Penitenciario de Albolote (Granada).
Neiro ha asegurado que su intención no era fugarse sino que al ver a su madre muerta sobre la cama “se puso muy mal” y uno de sus familiares le dio una pastilla “para que se relajara”. Tras ingerir el calmante, se quedó dormido en unas de las habitaciones de la casa y -según mantiene- permaneció allí hasta la mañana siguiente.
Ha explicado que no volvió a prisión -donde ingresó un mes después tras ser detenido- porque estaba muy afectado por la muerte de su madre y “lleva muchos años preso”.