El escenario no se ha elegido al azar: la localidad francesa de Elna, en la llamada Catalunya Nord, jugó un papel clave en el exilio tras la Guerra Civil y, años después, albergó secretamente las urnas del referéndum del 1-O. Mañana, desde su ayuntamiento, Carles Puigdemont desvelará si se presenta a las elecciones catalanas del 12 de mayo.
Aunque las encuestas dibujan un empate técnico entre ERC y JxCat en su pugna por la segunda plaza, en Junts están convencidos de que la candidatura de Puigdemont permitiría disputarle la primera plaza a Salvador Illa, al que los sondeos dan como vencedor del 12M.
Estas son las principales incógnitas -y algunas certezas- sobre la decisión de Puigdemont.
Puigdemont deshoja la margarita: o catalanas o europeas
Con el horizonte de unas elecciones catalanas en febrero de 2025, en JxCat se daba por hecho que Puigdemont repetiría como candidato a las europeas del 9 de junio, aunque el adelanto electoral en Cataluña puede hacer cambiar sus intenciones.
"Con el calendario que propone el president Pere Aragonès es evidente que podré estar presente en el debate de investidura y me haría mucha ilusión", aseguró Puigdemont desde Estrasburgo al poco de conocerse la nueva fecha de las elecciones al Parlament.
Hasta ahora, su condición de eurodiputado le ha garantizado inmunidad y libertad de desplazamiento por todo el territorio europeo a excepción de España; si Puigdemont es candidato a las elecciones catalanas -como espera y desea la plana mayor del partido, que desde hace días alimenta este escenario-, no podrá serlo a las europeas y se arriesgaría a perder esta inmunidad.
En caso de que opte por el Parlament, el exconseller y eurodiputado Toni Comín ya se ha ofrecido para ser la alternativa de Junts: "Su idea y la mía es que pueda encabezar la lista europea si no lo puede hacer él", expresó en declaraciones a Vilaweb.
¿Retorno en campaña?
De cumplirse los tempos previstos, la ley de amnistía entrará en vigor a finales de mayo, por lo que Puigdemont no podría regresar a Cataluña en campaña sin riesgo de ser detenido, pero sí asistir a un debate de investidura, que tendría como fecha límite el 25 de junio.
"Si lo detienen en campaña, no hará falta ni que peguemos carteles con su cara", indica a EFE un dirigente de Junts; esta posibilidad está sobre la mesa, como afirmó el viernes su abogado, Gonzalo Boye, que aseguró que el expresident "llevará su decisión hasta el final".
Comín matizó: "Que esté dispuesto no quiere decir que tenga que correr este riesgo. Como el objetivo es la investidura, mejor hacerla sin riesgo de detención".
Sin necesidad aparente de plan B
Hasta el adelanto electoral, el nombre de Josep Rull era uno de los más mencionados internamente como posible cabeza de cartel para las elecciones catalanas: forjado en las juventudes, dirigente de la extinta CDC y encarcelado por su papel en el 1-O pero libre de inhabilitación, Rull suscitaba un amplio consenso entre familias y se convertía, de facto, en el único candidato viable de Junts.
Pero una eventual candidatura de Puigdemont desactiva la necesidad de un plan B a las listas al Parlament, aunque Rull continúa en las quinielas para figurar en la parte alta de la lista de Junts, lo que le permitiría tomar el relevo en caso de necesidad.
El partido de Puigdemont
A pesar de sus diferencias prácticamente irreconciliables, si en algo coinciden el sector pragmático y el más unilateralista es en que Puigdemont es la figura que genera más consensos en JxCat y que el partido existe, en parte, gracias a él, a pesar de que siempre se ha mantenido al margen de las dinámicas internas, hasta el punto de dejar la presidencia en 2022 y no ocupar hoy ningún cargo orgánico.
JxCat ha introducido un matiz significativo en la confección de sus listas al Parlament: a diferencia de las últimas elecciones, en que se eligieron por primarias los primeros puestos por cada circunscripción, los candidatos al 12M saldrán de las tétradas -grupos de cuatro nombres- que propongan las agrupaciones territoriales y las corrientes ideológicas.
A priori, este sistema beneficiaría al sector pragmático, que controla el territorio y los principales espacios de decisión, pero la candidatura de Puigdemont puede dar al traste con sus planes para llenar las listas de afines: "La lista la hará él, por muchas ternas que pongamos", reconoce un cargo de Junts consultado por EFE.
Erra cotiza al alza en una lista con independientes
Según diversas fuentes consultadas, se espera que Puigdemont sitúe en los primeros puestos al menos a un independiente que dote de transversalidad a su candidatura, en la que se da por hecho que la presidenta del Parlament, Anna Erra, ocupará un lugar preeminente.
Los afines a la presidenta, Laura Borràs, ven la candidatura de Puigdemont como una oportunidad para "devolver" a Junts a sus orígenes ante lo que consideran una deriva hacia la antigua Convergència orquestada por el sector pragmático.
Debilitado por las últimas crisis internas protagonizadas por Cristina Casol y Aurora Madaula, el "borrasismo" necesita nuevos perfiles a situar en el Parlament y en espacios de poder, por lo que una candidatura que se asemeje a la "lista del president" de 2017, trufada de independientes que luego engrosaron este ala del partido, les insuflaría un oxígeno necesario para su supervivencia.