La selección irlandesa de rugby ha revalidado su título del torneo de las Seis Naciones gracias a su triunfo sobre Escocia (17-13) en una última jornada en la que la victoria de Italia en Gales ha supuesto la 'cuchara de madera' para los 'Dragones', que han perdido todos sus partidos.
Escocida por su derrota en Londres de la pasada semana, que le impedía ganar su segundo Gran Slam consecutivo, Irlanda impuso la potencia de la delantera sobre Escocia en los primeros minutos del duelo disputado en Dublín, en el que los locales se adelantaron pronto con un ensayo de Dan Sheehan al robar una 'touche'.
El partido fue áspero, con pocas acciones a la mano, y los irlandeses creían haberse asegurado el triunfo con la marca de Andrew Porter a falta de un cuarto de hora pero la inmediata respuesta de Huw Jones propició un final de partido de infarto, en el que el XV del Cardo estuvo a punto de culminar su remontada (17-13).
La jornada se abría en Cardiff con un duelo dramático entre Gales e Italia, en el que los galeses estaban obligados a ganar para no cosechar la simbólica 'cuchara de madera' atribuida al equipo que pierde todos sus encuentros, algo que los 'Dragones' no experimentaban desde 2003.
Los 'Azzurri', sin embargo, salieron al Millenium dispuestos a coronar el mejor Seis Naciones de su historia con una segunda victoria, que debe sumarse al empate obtenido en Francia, y asfixiaron a los locales durante la primera hora de juego (0-18) con ensayos de Monty Ioane y Lorenzo Pani más los puntos al pie de un Paolo Garbisi, que acertó con sus cuatro primeras patadas.
Gales reaccionó en el tramo final con tres ensayos posados por Elliot Dee, Will Rowlands y Mason Grady pero los transalpinos ya habían puesto, gracias a un puntapié de castigo de Martin Page-Relo, demasiada distancia en el marcador (21-24).
Lyon albergó el Francia-Inglaterra que cerraba la edición 2024 del torneo de las Seis Naciones, un duelo vibrante en el que ambas selecciones se jugaban la segunda plaza y que estuvo plagado de alternativas en el marcador, hasta que Thomas Ramos estableció el 33-31 final con un golpe de castigo desde más de cincuenta metros en el último minuto.
Franceses e ingleses jugaron un encuentro espléndido y abierta, con multitud de acciones de juego desplegado que depararon siete ensayos, algunos de preciosa factura como el que anotó Tom Freeman a falta de cinco minutos, tras un pase palmeado George Ford cuya transformación desde la línea de banda parecía dar el triunfo a Inglaterra.
Pero los locales, que se apoyaron en el desparpajo de Leo Barré y Nolan Le Garrec, autores de un ensayo cada uno en el primer partido internacional que jugaban como titulares en suelo francés, lanzaron una última ofensiva que provocó la falta inglesa aprovechada por Ramos para decantar el encuentro (33-31).
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