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"Para mí, reconocer el espacio es reconocer a toda una comunidad --asegura Yamamoto--. El enfoque arquitectónico actual enfatiza la privacidad, negando la necesidad de relaciones sociales. Sin embargo, aún podemos honrar la libertad de cada individuo mientras vivimos juntos en un espacio arquitectónico como una república, fomentando la armonía entre culturas y fases de la vida".
El arquitecto japonés Riken Yamamoto (n. 1945) nació en Beijing, República Popular China y se mudó a Yokohama, Japón, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial. A los 17 años visitó el templo Kôfuku-ji, en Nara, Japón, construido originalmente en 730 y finalmente reconstruido en 1426, y quedó cautivado por la Pagoda de cinco pisos que simboliza los cinco elementos budistas: tierra, agua, fuego, aire y espacio.
Se graduó de la Universidad de Nihon, Departamento de Arquitectura, Facultad de Ciencia y Tecnología en 1968 y recibió una Maestría en Arquitectura de la Universidad de las Artes de Tokio, Facultad de Arquitectura en 1971. Fundó su estudio, Riken Yamamoto & Field Shop en 1973.
Durante los primeros años de su carrera, el arquitecto viajó espontáneamente a través de países y continentes en automóvil con su mentor, Hiroshi Hara, pasando meses seguidos en la búsqueda de comprender comunidades, culturas y civilizaciones y concluyó que la idea de un "umbral" entre los espacios públicos y privados era universal.
Su primer proyecto, Yamakawa Villa (Nagano, Japón 1977), está expuesto por todos lados y situado en el bosque, diseñado para sentirse como una terraza al aire libre. La experiencia influyó significativamente en sus trabajos futuros al extenderse a la vivienda social con Hotakubo Housing (Kumamoto, Japón 1991), uniendo culturas y generaciones a través de una vida relacional.
Estableció un enfoque de planificación urbana que demostró que la evolución es una propiedad vital en el desarrollo de Ryokuen-toshi, Inter-Junction City (Yokohama, Japón 1994). Continuó impulsando sociedades en grandes edificios adaptando su lenguaje arquitectónico a proyectos como la Universidad de la Prefectura de Saitama (Koshigaya, Japón 1999) y la Biblioteca de Tianjin (Tianjin, República de China 2012), lo que demuestra su dominio de la escala.
Su trabajo se volvió más prolífico, desde residencias privadas hasta viviendas públicas, desde escuelas primarias hasta edificios universitarios, desde instituciones hasta espacios cívicos, cuando un desastre natural devastó Japón en 2011. Después del terremoto y tsunami de Tohoku, fundó Local Area Republic Labo, un instituto dedicado a actividades comunitarias a través del diseño arquitectónico; e instituyó el Premio República Local en 2018 para honrar a los jóvenes arquitectos que actúan con valentía e ideales hacia el futuro.
Yamamoto es un profesor visitante recién nombrado en la Universidad de Kanagawa (Yokohama, Japón). Fue profesor visitante en la Universidad de las Artes de Tokio (Tokio, Japón 2022-2024) y anteriormente enseñó en la Escuela de Graduados en Ingeniería de la Universidad de Nihon (Tokio, Japón 2011-2013); Universidad Nacional de Yokohama, Escuela de Graduados en Arquitectura (Yokohama, Japón 2007-2011); Universidad Kogakuin, Departamento de Arquitectura (Tokio, Japón 2002-2007); y se desempeñó como presidente de la Universidad de Arte y Diseño Nagoya Zokei (Nagoya, Japón 2018-2022).
Por su parte, la licenciada en arquitectura y profesora y directora del Master in Architecture de la Escuela de Arquitectura y diseño en IE Univeristy, Marcela Aragüez, ha valorado este reconocimiento que, a su juicio, "confirma la excelencia de la arquitectura de Japón del siglo XX".
En declaraciones a Europa Press, Aragüez ha destacado que con Yamamoto Japón se consolida como "el país en donde más Pritzker se han otorgado en los últimos 15 años" después de los anteriores otorgados a Ryue Nishizawa y Toyoo Ito, entre otros.
"Yamamoto es parte de una estirpe de arquitectura muy influyente, no solamente desde el punto de vista de cómo se hace la arquitectura en Japón, sino también en el resto del mundo", ha asegurado.
Para la experta, el nuevo premio Pritzker "ha sabido aunar una cierta estética que se puede asociar a la arquitectura japonesa en cuanto a producción de líneas sencillas con una forma bastante delineada".
Además, ha querido destacar el propio compromiso con comunidades del arquitecto japonés, especialmente con aquellas devastadas por diversas catástrofes naturales como el tsunami de 2011. "Es importante valorar su trabajo y su producción durante todos estos años", ha concluido.