¿Te gusta la Navidad?
–No. No me gusta mucho. Y menos en este momento. Echo muy en falta a mi padre que murió en enero de este año.
Pese a ello, quiero que me escribas la carta a los Reyes Magos
–Personalmente, sin ninguna duda, salud, no quiero más nada. Y deportivamente le pediría a los Reyes Magos, que nos mantenga como vamos, en el nivel de resultados que estamos obteniendo. Hombre, puestos a pedir le pediría el ascenso, pero siendo realista con que no pasáramos apuros e hiciéramos una segunda vuelta bastante digna, me sentiría satisfecho.
Los puestos de ascenso no están del todo lejos, ¿es precipitado vendérselo a la afición?
–Yo creo que es precipitado. Si uno tuviera garantías de poder conseguirlo, la ilusión siempre es bonita, pero si no lo logras, la gente se lleva un palo. Hace poco estábamos en una situación dificilísima, ahora estamos mejor, pero sólo a dos puntos de la zona de descenso. Por eso, me parece precipitado ahora mismo. Con el paso del tiempo, si nos mantenemos y mejoramos, y si se presentara la oportunidad, no renunciaríamos, pero ahora mismo hay que ser realistas.
Llevas una temporada y media en Huelva. Supongo que la adaptación fue fácil, porque Huelva es casi Cádiz y Cádiz es casi Huelva
–La verdad que sí. Somos primos hermanos.
En las ruedas de prensa se te ve un hombre enérgico y contundente, ¿Eso va contigo o forma parte del enorme teatro del fútbol?
–Por supuesto que va conmigo. Yo soy así e intento ser siempre como soy para bien y para mal. No tengo por qué hacer ver algo que no soy. Es más, no entiendo por qué a veces en el fútbol hay que expresarse de forma diferente. Las cosas hay que decirlas como son, y punto. A mí, al menos, me libera no tener que mentir o decir las cosas de otra forma, me gusta responder tal como me siento en cada momento.
¿Cuáles son los principales valores que mueve el mundo del fútbol a la hora de poder aplicarlos a la vida?
–La solidaridad entre los miembros de un grupo en momentos difíciles es un valor muy importante; el compañerismo, la superación, el espíritu de saber superarse ante una situación adversa. Estamos acostumbrados a que cuando la situación es positiva, todo el mundo es bueno. Saber levantarte cuando te caes es una virtud indispensable en el mundo del deporte, y por supuesto para la vida de cada uno. Es algo bonito, es como el amor y la reconciliación.
Te he leído en una entrevista que hubieras preferido no cobrar como entrenador, y cobrar por entrevistas, ¿Te estamos agobiando mucho los periodistas?
–Afortunadamente estar en el Recreatico de Huelva supone esto. Ya no sé ni cuántas entrevistas he concedido, pero es algo muy gratificante. Además forma parte de nuestro trabajo. Si alguien me quiere entrevistar no puedo decirle que no. Para mí no supone ningún esfuerzo. Es más, es un placer y una alegría. Seguramente cuando termine esta entrevista, me vas a decir muchas gracias, y yo te diré que gracias por qué. Ojalá pudiera estar en esta situación cuarenta años más.
¿Eras consciente de la dimensión de este club cuando estabas en el filial o te has dado cuenta al llegar al primer equipo?
–Algo sabía, pero cuando lo vives es cuando realmente te das cuenta.
¿De qué equipo eres?
–Si te digo la verdad, de primera división no simpatizo especialmente con un equipo o con otro. Me gustan los equipos que juegan bien, y me gusta que ganen los equipos andaluces.
Desde fuera se te ven muchos rasgos de psicólogo...
–El entrenador tiene que dominar la gestión de grupos, pero nada es importante por separado. El aspecto táctico, el físico, el psicológico... todo es importante. No veo que una cosa sea más relevante que otra. Debe funcionar la unión de todas. No me considero más psicólogo que entrenador.
¿Desconectas del mundo del fútbol o es difícil en estas categorías?
–No puedo desconectar, pero créeme que me gustaría, porque sé que es bueno. Me gusta tanto que no puedo desconectar. Ahora con el parón navideño, no he podido desconectar. Pero también me gustan otras cosas. Me gusta estar con mis amigos, yo qué sé, un montón de cosas.
¿Te estás tomando esta oportunidad como un escaparate?
–No, para nada. Pero sé que puede serlo. Está claro que en un club como el Recreativo, todo lo que haga, bueno y malo, tiene una trascendencia. Me lo estoy tomando como una responsabilidad de hacerlo lo mejor posible porque hay detrás toda una ciudad, pero intento divertirme, pasármelo bien, valorar lo que tengo, sin pensar en nada más. Pensar en algo que no sabes si lo vas a tener sólo te conduce a sufrir. Me lo estoy tomando con mucha normalidad. Que con el tiempo este trabajo es recompensado, pues muy bien, pero no es algo que me preocupe.
Al principio se decía que le estabas poniendo el carné a Juan Merino, ¿Pensaste en tirar la toalla?
–Sí. Nunca voy a admitir que se ponga en duda mi honradez como persona y como entrenador. Mi nombre se estaba dañando y ensuciando, y no lo iba a permitir.
Imagina que llegan grandes inversores al club, y te ponen un cheque en blanco para que fiches a los tres jugadores que tú quieras, ¿cuáles serían?
–Xavi Hernández, ese seguro. Para delante ficharía a Messi, y luego tendría que pensarme si fichar a Casillas o a Pepe.
¿Y Cristiano Ronaldo?
–A Cristiano Ronaldo no lo veo en el Recreativo de Huelva. Es muy bueno, pero no reúne el perfil para jugar en el Decano.
¿Está un poco magnificado este mundo del fútbol?
–Yo creo que sí. Pero está montado así y es muy difícil cambiarlo. No es normal, por ejemplo, lo que ocurrió en Sevilla y en Vigo cuando a sus equipos lo iban a descender por causas administrativas. 50.000 personas salieron a la calle para protestar. Y ante una situación, que las hay y muchas, de que una empresa presenta un ERE y despide a 1.000 trabajadores, a la protesta sólo van los familiares. Eso no es normal. Habría que darle prioridad a otras situaciones. No, no me parece normal. Mañana decimos que el Recreativo va a desaparecer, y sale media Huelva a la calle, y media Huelva en el paro y la gente no protesta. A mí no me parece normal.
¿Qué te hace reír y llorar con facilidad?
–Soy de risa y llanto fácil. Afortunadamente, he llorado poco por tristeza. Me río prácticamente de todo, la vida se vive una vez, y hay que vivirla con alegría. Le doy mucha importancia a los pequeños detalles. Intento darle importancia a cada día porque no sé si voy a vivir mañana. Por eso me llevo todo el día entre la risa, la alegría, me gusta trasladarle a mi gente esa alegría, me gusta que nos abracemos. La muerte la ves lejos, pero está detrás tuya. Por eso, pienso que a la gente cercana debes decirle todos los días te quiero, que son dos palabras, pero para el que las escucha supone una alegría inmensa. Siempre estoy en funcionamiento. Tenemos un cartucho, y cada vez tiene menos pólvora. Si mañana, por lo que sea, dejo de entrenar, se me ocurrirían nuevos proyectos, que a lo mejor nada tienen que ver con el fútbol. Por ejemplo, poner una cervecería, que es algo que tengo en mente. Yo no puedo con la monotonía.
Ya por último, ¿Qué mensaje le mandarías a la afición albiazul de cara al año nuevo?
–Que nos sigan apoyando como hasta ahora, y que vamos intentar por todos los medios devolverle con resultados todo ese apoyo y confianza que nos están dando. De un tiempo a esta parte, la afición no se lleva muchas alegrías, y a ver si podemos hacer este año que disfruten en el Nuevo Colombino.
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