Escrito en el metro

Zombis por la Alameda

A estas alturas de la ciencia hay creacionistas empedernidos, hay negacionistas de que el clima es cambiante y que vivimos una crisis sin precedentes

Publicado: 01/03/2024 ·
11:39
· Actualizado: 01/03/2024 · 11:39
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  • Centro de Málaga. -
Autor

Salvo Tierra

Salvo Tierra es profesor de la UMA donde imparte materias referidas al Medio Ambiente y la Ordenación Territorial

Escrito en el metro

Observaciones de la vida cotidiana en el metro, con la Naturaleza como referencia y su traslación a política, sociedad y economía

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En la Academia hay gente pa’tó, como le dijo El Gallo a Ortega y Gasset, cuando a este se lo presentaron como un filósofo. A estas alturas de la ciencia hay creacionistas empedernidos, hay negacionistas de que el clima es cambiante y que vivimos una crisis sin precedentes en los últimos tiempos, hay terraplanistas a pesar de las imágenes satélites, también ufólogos empedernidos, incluso hay uno que, de tanto ver series sobre zombis, se ha dedicado a estudiar el fenómeno en Málaga. Mantiene la hipótesis de que el colapsado centro de Málaga, por miles de supuestos turistas, no son más que eso, depredadoras momias vivientes que quieren conquistar la ciudad, y ya se han quedado con los lugares más emblemáticos de nuestra historia. Entre sus elucubraciones la que más muestra es una en la que, después de mucha investigación empírica, concluye que la transformación se produce por la activación de un virus en un proceso de desesperación. Guarda con recelo las imágenes de una parada de autobús en la que hartos de esperar los usuarios, van palideciendo a medida que cambian hacia delante o hacia atrás los horarios de llegada, hasta producirse la mutación cuando desaparece la previsión de su línea. Otro caso con el que defiende su hipótesis es el de unos modestos ciudadanos de edad avanzada que esperaban a las puertas de un banco para que les actualizasen sus cartillas con la paga del mes. Lo mismo en una gestión municipal, en el embarque de un vuelo en el aeropuerto, o la más espeluznante en una sala de espera hospitalaria. El desesperavirus es el causante de la transformación en zombis de tanta gente normal y buena, concluye. No descarta, según sus cálculos, que en las próximas semanas, haya una concentración en la Alameda, y advierte de los peligros de tropezarse con ellos, ya que aun no ha calculado cuando el nivel de desesperación alcanza el grado de violencia. La vida es cada vez más acelerada y la templanza en la espera se difumina. El que espera desespera, afirma el refrán. Pero atendamos al sabio Sigmund Freud y aprendamos que aquel que sabe esperar no tiene necesidad de hacer concesiones.

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