La compañía eléctrica
Endesa ha enfrentado un año 2023 desafiante, con una
reducción del 71% en sus beneficios netos, situándose en 742 millones de euros, en comparación con los 2.541 millones de euros obtenidos en el ejercicio anterior. Este notable descenso se debe principalmente a la menor presencia de ingresos extraordinarios que habían impulsado las cifras en 2022, sumado al impacto de nuevas cargas fiscales impuestas por el gobierno a las empresas energéticas y a complicaciones en el sector del gas, incluido un laudo arbitral adverso por un contrato de suministro con Qatar.
Mientras la empresa navegaba por este entorno complicado,
José Bogas, consejero delegado de Endesa, vio su retribución anual disminuir en un 14,24%, cerrando el año con 2,12 millones de euros. La mayor parte de esta suma, 1,914 millones de euros, correspondió a su retribución en metálico, incluyendo el sueldo base de un millón de euros. Aunque significativa, la reducción en su retribución contrasta con la abrupta caída de los beneficios de la compañía, lo que podría suscitar debates sobre la estructura de compensación en tiempos de dificultades financieras para la empresa.
El presidente de Endesa,
Juan Sánchez-Calero, en cambio, experimentó un ligero aumento en su retribución del 1,34%, alcanzando los 682.000 euros. En total, el consejo de administración de la eléctrica percibió 4,26 millones de euros por el desempeño de sus funciones durante el año.
A pesar de estos retos, Endesa ha destacado su
fuerte generación de caja y su compromiso continuo con la sostenibilidad y la transición energética. La empresa añadió 600 megavatios (MW) de nueva capacidad renovable a su cartera en 2023, elevando su capacidad total a 9.900 MW. Esto significa que el 78% de su capacidad instalada en la península está ahora libre de emisiones de CO2, y el 80% de su producción peninsular también es libre de emisiones, lo que representa un incremento de siete puntos porcentuales respecto al año anterior.
Endesa subraya que el año 2023 estuvo marcado por
"efectos totalmente extraordinarios" que impactaron en la compañía, especialmente en el negocio del gas y en aspectos regulatorios. Entre estos se incluyen los efectos de la minoración de precios y un nuevo impuesto del 1,2% sobre los ingresos liberalizados, que representó un costo aproximado de 208 millones de euros para el grupo.
La empresa enfrentó además un descenso del 32% en su resultado bruto de explotación (Ebitda), que se situó en 3.777 millones de euros debido a los impactos extraordinarios en el negocio del gas y provisiones para la digitalización. Sin embargo, ajustado por estos factores, el Ebitda fue de 4.392 millones de euros, un 18% menos que el año anterior.
Los ingresos de Endesa también se vieron afectados, con una caída del 23% hasta alcanzar los 25.459 millones de euros a lo largo del año. No obstante, la compañía resalta la
positiva gestión del capital circulante regulatorio, que ha contribuido a elevar el flujo de caja al cierre de 2023 hasta los 4.697 millones de euros, destacando así la
resiliencia y capacidad de adaptación de Endesa en un año particularmente complejo.