Alejado del foco mediático y disfrutando de una nueva etapa de su vida marcada por la tranquilidad tras la firma de su divorcio de la infanta Cristina y la retirada de sus escoltas por parte del Ministerio del Interior, Iñaki Urdangarin ha reaparecido públicamente este fin de semana en Santander.
Demostrando su apoyo incondicional a la carrera deportiva de su hijo Pablo, y presumiendo una vez más de la especial relación que mantienen, el ex cuñado de Felipe VI no ha dudado en desplazarse desde Vitoria hasta la capital cántabra para arropar al joven en su último partido. Un encuentro que enfrentó al BM Fraikin Granollers -donde juega desde principio de temporada y donde están tan entusiasmados con su rendimiento que estarían pensando en renovarle- con el Sinfín en la Albericia y que se saldó con victoria del equipo del conjunto catalán por 3 tantos.
Muy orgulloso, y sin perder detalle de cada jugada de Pablo, Iñaki llamó la atención por su soledad en las gradas, ya que además de no estar acompañado por ningún miembro de su numerosa familia, el resto de los espectadores decidieron mantener las distancias con él. Y así se produjo una curiosa escena del exduque completamente aislado y sin nadie a su alrededor durante todo el partido.
Tampoco le acompañó a Santander en esta ocasión su pareja, Ainhoa Armentia, con la que reside desde principios de enero -justo después de formalizar su divorcio de doña Cristina- en un piso en la misma urbanización en la que vive su madre, Claire Liebaert, en Vitoria.
Aunque el pasado mes de diciembre Iñaki acudió a uno de los partidos de Pablo acompañado por su novia, y no dudó en presentársela al joven -un encuentro breve pero cordial- el hecho de que sus cuatro hijos prefieran mantener las distancias con Ainhoa por el momento ha provocado que no le acompañase en esta ocasión.
Una reaparición pública en la que Europa Press tuvo oportunidad de preguntar al exduque de Palma por su divorcio de la infanta Cristina, aunque siempre discreto Urdangarín ha dado la callada por respuesta a si está satisfecho con el acuerdo que firmaron a finales de 2024 tras varios meses de negociación.
Tranquilo, pero parco en palabras, el exjugador tampoco ha querido revelar cómo va su nueva vida con Ainhoa y si este paso de irse a vivir con ella significa que en un futuro próximo formalizarán su relación. Y como no hay dos sin tres, también ha evitado decir si su hija Irene está feliz con el voluntariado que está realizando en Camboya.