Una mujer con una discapacidad del 92% busca apoyo económico para recaudar 80.000 euros y adaptar un vehículo para poder conducir sin brazos y sin utilizar los pies, con el fin también de "dar visibilidad" a otras personas en su misma situación.
La catalana Sonia Guirado, exnadadora paralímpica, ha explicado en una entrevista con EFE que, aunque por culpa de la talidomida le falta un brazo completo y la mitad inferior del otro, y mide 1,13 metros, tiene "una vida muy autónoma y normalizada" y, para seguir desarrollando su vida "de manera independiente", está preparando el examen del permiso de conducir.
"Es el sueño de mi vida y además quiero dar visibilidad a otras personas en mi misma situación", ha expresado con determinación.
Para conseguirlo ha viajado con su pareja desde Cataluña, donde reside, hasta Bizkaia, donde la autoescuela Irrintzi prepara a personas con gran discapacidad y diseña los dispositivos del coche necesarios para adaptar su conducción a cada persona.
En este caso, Sonia controla el vehículo por la voz y con el muñón del codo con el que usa un 'joystick' o palanca de mando.
Guirado cuenta que durante muchos años se dedicó a la natación a nivel profesional y que participó en los Juegos Paralímpicos de Barcelona y Atlanta, pero al ser madre tuvo que "dar un giro" a su vida profesional para dedicarse a la gestión de talento en una empresa.
Un coche que le dará libertad
En su día a día se desplaza en una especie de pequeña moto eléctrica adaptada con un 'joystick' y lamenta que haya "muy poco transporte público adaptado y que muchas veces las rampas de acceso no funcionen".
Por ello y porque quiere sentirse "libre" para "escoger ir a un lugar o a otro" y poder desplazarse sola, Sonia ha acudido a la autoescuela de Galdakao porque, al no tener brazos, no puede conducir con un volante normal, ni puede llegar a los pedales con sus pies.
"El asiento se debe girar y subir y bajar"; el cinturón se tiene que abrochar al lado contrario; se debe instalar una grúa que permita meter su moto en el maletero, entre otras "cosillas" que le permitan el control del vehículo con seguridad, "y no es nada barato".
Ya ha aprobado el examen teórico y otra prueba propia de las personas con discapacidad en la que un examinador de la DGT ha determinado no solo que es segura para ella misma y para los demás al circular, sino qué tipo de adaptaciones necesita, que quedarán determinadas en su carnet de conducir.
Ahora solo le queda por hacer la prueba práctica del examen de conducción.
Recaudar 80.000 euros y hacerlo realidad
Para cubrir todos los gastos, "el Estado da una ayuda como máximo de 3.000 euros y mi adaptación pasa de los 80.000 euros", por lo que se le ocurrió plantear una recaudación de dinero, porque inicialmente pensó que podría costearlo, pero el presupuesto final ha sido muy superior a lo que había calculado.
Esa campaña de apoyo al coche de Sonia permitirá, además, "dar visibilidad a otros casos similares y que el resto de la sociedad vea" la importancia de contar con un entorno adaptado a las personas con discapacidad.
La responsable de la autoescuela, Iratxe Andrés, ha explicado que primero hacen una valoración de las necesidades de la conductora y después un equipo técnico analiza cada una de las adaptaciones necesarias para ella.
Sobre ese análisis, diseñaron "un 'joystick' de cuatro vías, tanto para la dirección, el acelerador como el freno y, a partir de ahí, la activación de las funciones secundarias, como intermitentes, luces o el claxon", se programaron para que fueran accionadas mediante el control por voz.
Después, han tenido que conseguir que su alumna "demuestre total seguridad y total confianza en la carretera", y con Sonia están ya en "el último paso".