El nuevo presidente del TSJA, que juró su cargo ante los presidentes del Supremo y del CGPJ, quiere que cale la idea de servicio público
Lorenzo del Río, que juró ayer su cargo como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), apostó por “romper una imagen excesivamente corporativa” de la Justicia para que “cale” la idea de su servicio público y defendió un proyecto “basado en las personas”.
En un acto celebrado en la Real Chancillería de Granada y en presencia del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, y del de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, el nuevo presidente del alto tribunal abogó por una “visión integradora y consensuada” de la Justicia.
Del Río, que expuso durante su discurso sus planes de actuación al frente del TSJA, ha presentado un proyecto “basado en las personas”, que pueda erradicar “toda tentación de una gestión excesivamente jerarquizada” para, en definitiva, generar “ilusión y confianza” en medidas que integren y cohesionen a los jueces.
“Me presento aquí como presidente de todos y para todos: que vean cercanía, interés por sus problemas “, dijo el presidente, quien potenciará reuniones de trabajo entre diversos colectivos profesionales para “aunar voluntades” que permitan mejorar el servicio.
En este sentido, pidió a presidentes de audiencias y decanos que lideren su proyecto y que creen “una cultura de mayor entendimiento y colaboración” para romper el actual “individualismo e indiferencia” del colectivo.
Del Río aseguró además que tendrá “implicación plena” en la pronta implantación de la nueva oficina judicial, que abogará por un “constante control” sobre los índices de litigiosidad y que impulsará ante la Junta la digitalización de los procedimientos.
Respecto a la situación de la Justicia, reconoció que “no es satisfactoria” y que existe un número “demasiado elevado” de jueces que trabaja “profundamente desencantado”, con un sentir “unánime de cambio, coetáneo a una frustración personal, económica y funcional”.
Ante esto, manifestó que “lo razonable” es actuar “con coherencia” a partir de un diagnóstico realista, de forma que se puedan mejorar y “racionalizar” los recursos humanos y materiales, para ser solución y no un problema.