El proceso de moderación de la subida de los precios en la eurozona continuará a lo largo del año, después de que la tasa de inflación en enero se haya situado en el 2,8%, una décima menos que al cierre de 2023, pero el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) debe tener confianza en que desembocará de manera sostenible en el objetivo del 2%, según ha señalado la presidenta de la entidad, Christine Lagarde.
En un discurso pronunciado ante el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, la francesa ha señalado el estancamiento de la zona euro en el último trimestre de 2023, añadiendo que, si bien los datos entrantes siguen indicando una actividad moderada en el corto plazo, algunos indicadores apuntan a una recuperación durante el próximo año.
En cuanto a la evolución de los precios, Lagarde ha destacado que la inflación subyacente está disminuyendo gradualmente, aunque el componente de servicios ofrece signos de persistencia, mientras que el crecimiento de los salarios sigue siendo fuerte y se espera que sea un impulsor cada vez más importante de la dinámica de la inflación en los próximos trimestres.
En este sentido, ha recordado que el rastreador salarial prospectivo del BCE sigue señalando fuertes presiones salariales, aunque los acuerdos alcanzados indican cierta estabilización en el último trimestre de 2023, por lo que las presiones salariales para 2024 dependen particularmente del resultado de las rondas de negociación en curso.
"En general, los datos más recientes confirman el proceso de desinflación en curso y se espera que nos lleven gradualmente hacia abajo a lo largo de 2024", ha indicado la presidenta del BCE.
"Se espera que el actual proceso desinflacionario continúe, pero el Consejo de Gobierno debe tener confianza en que nos llevará de manera sostenible a nuestro objetivo del 2%", ha apostillado.