El acto de despedida del buque estuvo presidido por las ministras de Defensa y de Ciencia e Innovación, Carme Chacón y Cristina Garmendia, respectivamente, que estuvieran acompañadas por multitud de autoridades civiles y militares, como el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rafael Rodrigo, el jefe de Estado Mayor de la Armada, almirante general Manuel Rebollo, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Sebastián Saucedo, el rector de la Universidad de Cádiz, Diego Sales, o el presidente de la Autoridad Portuaria de Cádiz, Rafael Barra.
Partida
Antes de la llegada de las ministras, el comandante del buque de la Armada Hespérides, capitán de fragata Juan Antonio Aguilar, y el coordinador del proyecto de investigación, Carlos Duarte, explicaron la misión de la travesía. Partió desde Cádiz en homenaje a la expedición que realizó Alejandro Malaspina en 1789, que también partió desde la capital gaditana con objetivos similares. en su caso fueron cartografiar datos y registrar la fauna y en esta ocasión el Hespérides realizará análisis de agua, aire y placton para evaluar el impacto del cambio global del océano y estudiar su biodiversidad.
El viaje se prolongará durante siete meses, navegando unas 33.000 millas náuticas por medio mundo. La ruta le llevará de Cádiz a Río de Janeiro (Brasil), Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Perth y Sidney (Australia) y Auckland Nueva Zelanda), antes de partir de nuevo hacia el hemisferio norte buscando mejores condiciones con la llegada del verano en Honolulú (Estados Unidos), Panamá y Cartagena de Indias (Colombia), para terminar el 14 de julio en Cartagena.
A bordo del buque viajan más de 50 investigadores y 55 marino, que serán los que participen en la mayor expedición científica de la historia de España, que a su vez supone un hito histórico en la ciencia oceanográfica, cruzando los tres principales océanos y tocando puertos de cuatro continentes. El Hespérides normalmente realiza su trabajo de investigación en la Antártida, pero ha sido adaptado para poder realizar este viaje que colocará a España en una posición de liderazgo en Ciencias Marinas internacionales.
Objetivos
El objetivo es desarrollar un estudio multidisciplinar para evaluar el impacto del cambio global y la biodiversidad del océano profundo. Así, se medirán la temperatura, salinidad y concentración de nutrientes en las distintas zonas oceánicas, se estudiará el intercambio de gases entre océano y atmósfera, el destino del CO2 absorbido por el mar, la influencia de las sustancias químicas en el océano y su posible toxicidad y la diversidad y el metabolismo del fitoplacton, el zooplacton y los microorganismos de las profundidades marinas.
Para ello se realizarán pruebas en 350 puntos y recogerán 70.000 muestras de aire, agua y placton, desde la superficie hasta una profundidad de 5.000 metros, las cuales quedarán a modo de cápsula del tiempo para permitir a las siguientes generaciones material para seguir investigando sobre el desarrollo de nuevas técnicas.
Todo esto requiere de la más novedosa tecnología que ha elevado el presupuesto de la expedición a los 4,3 millones de euros. Aún así, debido a la cooperación entre ministerios y otras entidades públicas y privadas, la inversión ha sido un 30 por ciento inferior a lo normal si hubiera sido afrontada sólo por una administración.
Impulso
Minutos antes de partir el buque hacia su travesía, las autoridades visitaron las instalaciones del Hespérides. La ministra de Defensa, Carme Chacón, destacó el objetivo de esta investigación: “Investigar la felicidad de la humanidad, así definió Malaspina su proyecto. Dos siglos después parte el Hespérides con un espíritu similar que dará un impulso a la ciencia española”.
Chacón puso en relieve la colaboración de su ministerio con el de ciencias e Innovación para desarrollar este proyecto ya que “esa unión servirá para conocer el mundo en el que vivimos y ser capaces de hacerlo mejor”, además de situar a España “a la par de los países más avanzados” debido a que “son pocos los países capaces de afrontar este proyecto”, finalizó.
Relevante
Por su parte, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, señaló que “son muchos y ambiciosos los proyectos que se financian con fondos públicos, pero ninguno como el Proyecto Malaspina” que es “de primera magnitud por su extensión geográfica y temporal” y por que “ofrecerá estudios imprescindibles para decisiones de futuro”.
Alrededor de las 13.45 horas, el Hespérides soltó amarras y se despidió del puerto gaditano, al tiempo que un centenar de personas decía adiós desde el Puerto a la tripulación.
El buque ‘Sarmiento de Gamboa’ se le unirá
El buque de la Armada Hespérides realizará la mayor parte de la travesía en solitario, aunque gran parte del recorrido contará con el apoyo del también buque Sarmiento Gamboa. Éste realizará durante un periodo de tiempo labores de buque escuela, por lo que estará conectado directamente con el Hespérides en esta travesía.
Concretamente, el Sarmiento de Gamboa (del CSIC), efectuará la travesía entre Las Palmas de Gran Canaria y Santo Domingo. En las paradas en puerto que ambos buques realizarán en este periplo, se efectuarán numerosos actos y conferencias para dar a conocer los objetivos de la misión que desempeñan.
Así, el Sarmiento de Gamboa se unirá en enero de 2011 al Hespérides y entre ambos acumularán casi nueve meses de navegación y 33.000 millas náuticas, correspondiendo la mayor parte al Hespérides, que será el buque que lleve el peso de esta expedición que posiciona la ciencia marina española en un lugar privilegiado.
Un homenaje a Alejandro Malaspina
La expedición, cuyo nombre completo es Expedición de Circunnavegación Malaspina 2010: Cambio Global y Exploración de la Biodiversidad del Océano Global, toma su nombre del marino italiano Alejandro Malaspina, capitán de fragata de la Real Armada Española, de cuya muerte se cumplen 200 años en 2010.
En 1789, Malaspina dirigió la primera expedición española de circunnavegación con las fragatas Descubierta y Atrevida. Durante el viaje, que partió de Cádiz y duró cinco años, los investigadores recabaron numerosos datos, cartografiaron territorios, registraron la fauna y exploraron el mar.
Tras la expedición, Alejandro Malaspina fue ascendido y más tarde acusado de conspiración, por lo que fue encarcelado y desterrado y su viaje olvidado hasta finales del siglo XX. El proyecto dirigido por el CSIC recupera, 200 años después de la muerte del marino, la importancia de esta expedición pionera.
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