¿Cómo se soluciona una costumbre que conlleva una práctica ilegal? “Hay que trabajar en la concienciación de los conductores”, afirma la edil. “El conductor tiene que tomar conciencia de que es una práctica ilegal y que molesta al usuario de la calle”, incide.
Una práctica a todas luces injustificadas que hace muy difícil circular, sobre todo en hora punta. “Es que la gente aparca en doble fila para tomar café”, asegura. Y para sacar dinero del cajero, hacer alguna gestión y llevar o recoger a los niños del colegio.
Precisamente en Porvera, como en otras zonas donde hay colegios, Martínez reconoce que se está siendo “un poco flexible”, por lo que se deja un periodo de unos quince minutos a la entrada y a la salida de clase. Además, apunta, se “ha hablado con la Flampa y con los padres”. Salvo este periodo, en el resto del día “se están poniendo multas”, reseña. Una sanción que supone para el infractor desembolsar 100 euros, y que hace que “quien aparca una vez y se le castiga, no lo hace más”. Es una medida disuasoria más práctica y efectiva.
más zonas conflictivas
La calle Porvera, por su ubicación en el centro de la ciudad, tal vez sea un ejemplo muy claro con el que se comprueba la costumbre ilegal de estacionar el vehículo en doble fila. Y todo a pesar de que es el único punto en el que el Ayuntamiento decidió poner en marcha la zona naranja. Un sistema que permite aparcar un máximo de 30 minutos, con lo que se busca la rotación de vehículos y una mayor fluidez, sin perjudicar al comercio de la zona, que protestó hace ya año y medio cuando se puso en marcha, a comienzos de 2009. El entonces nuevo Plan de Movilidad permitía la circulación en doble sentido y la instalación de un carril-bus.
Pero la calle Porvera, que al final recuperó su estado anterior, no es la única vía conflictiva.
La delegada de Movilidad, Mª Carmen Martínez, señala también “el final de la avenida de Europa y la zona de bares que está frente a Hipercor” como puntos negros donde esa “manía” o “mala costumbre” de estacionar en doble fila es muy habitual.
En este sentido, la responsable del área de Movilidad insiste en la necesidad “de que la gente se sensibilice” con la necesidad y el deber de respetar las normas de circulación. “Hay que convencer a esas personas que realizan esta práctica ilegal”, que a veces, además, tiene un doble rasero para medir el problema, “porque hoy se para él dos minutos y no pasa nada, y mañana se para el vecinos y le molesta”.
Pues dicho queda. Los infractores están avisados: cumplen las normas o tarde o temprano llegará la multa, la única forma de que muchos respeten al resto de personas y conductores.
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