Sin agua potable y a base de cubas sobrevive desde hace más de un año la pedanía de Los Carvajales, perteneciente al municipio malagueño de Humilladero, donde los pozos presentan altos niveles de nitratos a causa de la sequía, lo que impide su consumo humano.
Los vecinos aseguran estar cansados de esta situación, a la que se ha llegado, principalmente, por la falta de lluvias, que ha reducido al mínimo el nivel de agua de los pozos, que están contaminados por alta concentración de nitratos, un peligro potencial para la salud.
Desde que la Junta de Andalucía declaró no apta para el consumo el agua subterránea de Los Carvajales, los vecinos han incluido en su rutina semanal acudir cada lunes y jueves a una de las paradas por las que pasa el camión cisterna, cargado de 10.000 litros de agua, para recogerla con sus garrafas y así poder beber, cocinar o lavarse los dientes.
"Con ello se cubren todas las necesidades, porque el camión llega a las ocho de la mañana, empieza a repartir a las panaderías, a los bares y restaurantes, y a las diez comienza con el reparto a los vecinos por distintos barrios del municipio", explica a EFE el alcalde de Humilladero, Miguel Ángel Pérez.
El camión hace doce paradas para que los vecinos con dificultades, como las personas mayores y las personas con movilidad reducida, "puedan tener el camión cerca". En ocasiones, además, cuentan "con un voluntario de Protección Civil para ayudarles en el llenado y en el transporte".
Soluciones a largo plazo
Más allá de esta solución provisional, los vecinos afectados reclaman la puesta en marcha de otras medidas que permitan paliar una situación que se está prolongando más de lo que imaginaban y que temen que empeore si sigue sin llover.
"Tengo la suerte de que vivo al lado de donde llega el camión, pero afecta, y sobre todo está la preocupación de que haya un día en el que no podamos ni abrir el grifo también por la sequía", comenta a EFE Vitoria Torres, una de las vecinas.
Paco, otro de los vecinos, está cansado de "estar detrás del camión" para poder coger agua: "Es un rollo macareno esto, la solución es lo primero, así no vamos a estar toda la vida", lamenta.
El Ayuntamiento se planteó poner en marcha una depuradora para tratar el agua y que fuese apta para el consumo, pero el proyecto acabó en un cajón porque, "por lo visto, gasta mucha agua", señala Pérez, y podrían quedarse sin ella también para ducharse, fregar los platos o poner la lavadora.
Más de 400 días sin agua potable
Tras más de cuatrocientos días sin agua potable, algunos vecinos han optado por comprar botellas de agua para destinarla a consumo propio y usar la del camión para otros menesteres.
"Es una situación dura y complicada porque no solo ya es el problema de que el agua no es potable, sino que no tenemos", remarca la vecina Juana Ruiz, ex primera teniente de alcaldía del municipio, quien augura futuras restricciones de agua en la comarca de Antequera.
"Hay que pedirles a los vecinos un uso racional del agua, venimos desde hace mucho tiempo diciéndolo: el problema del agua va a ser el gran problema. El agua es un bien preciado y escaso", asegura.
El Ayuntamiento de Humilladero ha invertido hasta ahora 85.000 euros en cubas para garantizar el suministro de los vecinos de esta localidad de 3.300 habitantes y está a la espera de recibir ayuda de otras administraciones, ya sea por la vía económica o mediante la conducción de agua al pueblo.
Además, estudia la posibilidad de contar con agua del pozo del instituto del pueblo que, pese a no ser potable, puede ser un sustento válido para "seguir teniendo agua en los grifos" para el verano.
El edil Miguel Ángel Pérez subraya que el agua con nitratos no ha llegado a causar ningún problema de salud en el municipio y que se realizan análisis diarios para controlar el estado de la misma. Aunque el agua no es potable, añade, no tiene efectos negativos en la piel, por tanto puede seguir usándose sin problema para la ducha e higiene personal.
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