El meta azulgrana fue sancionado tras el Barça-Copenhague después de que en un contragolpe del equipo danés el andaluz lanzase unos silbidos que llegaron a confundir al atacante, lo que motivó que éste abandonase su intento de medirse en uno contra uno contra el meta.
Tras la sanción, y debido a que el Barcelona ya no se jugaba nada contra el Rubín Kazán, Guardiola volvió a confiar en él, ya que siempre le ha tenido en una elevada consideración por su carácter y por la capacidad.
“Sigo silbando porque es una forma de comunicarme, totalmente lícita. Cuando tuve que declarar, se dijo que este tipo de silbidos es normal en los técnicos porque tienen que mandar órdenes, y el portero da muchas órdenes”, ha señalado.
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