El bailaor David Nieto y 'Rúbrica' piden paso entre los audaces

El bailaor de San Fernando demostró en el Real Teatro de las Cortes su calidad y su proyección de futuro muy bien acompañado por un elenco de jóvenes talentos.

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  • El bailaor isleño (izquierda) por seguiriyas junto al bailaor José Cortés -
Ha sido capaz de meterse en el papel de Fernando VII, en la obra Rúbrica en la que se recrean pasajes históricos de la Guerra de la Independencia. No en vano, no se trata sólo de la primera obra que levanta este joven bailaor nacido en el Hospital de San Carlos de San Fernando, lo que él lleva a gala para marcar diferencias. También es la primera en la que participa el Ayuntamiento de San Fernando, el Real Teatro de las Cortes, en la coproducción.

Pero sobre todo, se ha metido en el lío de montar compañía propia en unos tiempos en los que la crisis económica azota el mundo del espectáculo y en general todo lo que huela a gasto suntuario, aunque el público del Real Teatro de las Cortes, en dos funciones, haya respondido aceptablemente.

Daniel Nieto viene con el marchamo de haber trabajado y de haberse hecho en el todavía más difícil mundo del baile coral, aunque él sea el solista, al lado de una isleña universal, Sara Baras, la bailaora más completa del último cuarto del siglo XX y que sigue con la misma etiqueta en el siglo XXI, en cuanto vuelva a los escenarios, que volverá.

Lo manifestaba en una entrevista con este periódico antes del estreno mundial, que ha sido en su tierra, en La Isla, y eso le daba seguridad. Porque bailar solo tiene su dificultad, pero hacerlo pendiente de los demás, es un plus añadido en lo difícil de hacer vibrar al público. Antes lo hacía siguiendo el solo de Sara Baras, ahora los demás lo siguen a él, pero el esfuerzo es el mismo, “aunque se cambian los papeles”.

Alumno privilegiado
“Trabajar con Sara Baras ha sido lo más importante de mi vida. No sólo a nivel de baile, sino en disciplina, cómo comportarte, cómo pisar un escenario... esas cosas sólo se aprenden con grandes figuras, como es ella”, dice David, consciente de que esas cosas que se aprenden y se saben son las que el público no ve pero nota su ausencia cuando el artista no las tiene.

Cierto es que “he trabajado en otros sitios como solista”, pero no lo es menos que el aprendizaje en una compañía permite aprender algo muy importante como es “respetar al primer artista y a los demás compañeros, porque entre todos se hace el espectáculo”, por lo que en la aventura que emprende en solitario -es un decir- ya lleva al experiencia puesta.

“Quería hacer mi propia compañía, mi propio proyecto” y ha intentado hacerlo teniendo en cuenta una premisa fundamental en lo que respecta a la comercialización del espectáculo. Una obra sobre los hechos históricos de 1810 en España es una obra espacialmente localizada, lo que recorta sus posibilidades ante públicos ajenos a la historia.

El público francés, por ejemplo, no como partícipe en los acontecimientos históricos sino como filón de aficionados al flamenco, puede tener problemas a la hora de entender los textos, independientemente de que los galos son los malos de la película. Igual el japonés o el norteamericano, otros filones flamencos indispensables para rentabilizar la inversión en una obra. Por eso los montajes tienen que cumplir unos requisitos plásticos indispensables.

“Creo que sí la van a entender, primero porque el flamenco es universal. Quizá la dramaturgia... pero hemos hecho un espectáculo para que el que entiende la obra le guste más, pero para el que no haya escuchado lo que ocurrió con la Constitución de 1812 lo entienda fácilmente”. O también, porque el arte, que es universal, tiene tantas lecturas como espectadores.

La mujer, por delante
David Nieto reconoce algo que es evidente en los escenarios, que el baile femenino ha evolucionado más que el masculino, quizá porque la mujer lleva ventaja en la gama de movimientos que puede hacer y que en el cuerpo del hombre no resultarían... masculinos. Pero no por eso hay que desmejorar lo que están haciendo grandes bailaores que apuntalar la otra mitad -o cuarto y mitad si existe esa desventaja- de la danza en los escenarios.

Él, para empezar, prefiere la seguiriya a la bulería, esto es, el riesgo de un baile parao al éxito asegurado del compás a doscientas revoluciones por minutos. Sabe que es más fácil fallar en esos palos pero también que en la dificultad y en superarla está la satisfacción del bailaor y por ende, el aplauso del público. Pero no el aplauso fácil de la pataíta, sino el que perdura en el recuerdo de quienes son la otra parte del espectáculo, el público. Soberano, pero el público.

A ese público es al que quiere llegar, “porque soy una persona constante y trabajo duro para conseguir la meta. Hay gente que tiene suerte, que forma compañía y triunfa. Muy bien. Pero también pasito a pasito se forma uno”.

La obra
La obra Rúbrica, que constituye estreno absoluto en España, es el primer trabajo de gran formato propio de David Nieto. Una importante apuesta por el excelente baile, la dramatización, la coreografía en grupo, una alta calidad musical y un contenido con mensaje al público de Cádiz y de toda la España.

El argumento gira en torno a la complicada figura de Fernando VII, al que da vida sobre las tablas el bailarín natural de San Fernando David Nieto, quien es también el autor de la coreografía. La acción recrea además, la vida en La Isla de León y Cádiz, así como Las Cortes Generales y Extraordinarias de 1810 y la Constitución de 1812.

David Nieto, constituye hoy, sin duda, una de las serias promesas en alza del mundo de la danza y del arte flamenco. Titulado por el conservatorio profesional de Danza de Cádiz, su gran inquietud artística, le lleva a participaren diversos concursos coreográficos en Andalucía, obteniendo varios premios de reconocido prestigio como lo son el Certamen coreográfico de conservatorios profesionales de danza española y flamenco en Andalucía o el primer premio en 2004 del concurso coreográfico provincial de Cádiz.

Este mismo año 2010 su labor artística se ha visto recompensada al haber obtenido el Primer Premio Nacional de bailes por Alegrías, organizado por la prestigiosa peña flamenca “La Perla de Cádiz”.

Su experiencia profesional comenzó con el Grupo de Baile Adolfo de Castro de Cádiz, y su lanzamiento definitivo vino de la mano de la Compañía de Sara Baras, donde ha colaborado en la mayoría de sus espectáculos.
Ha actuado en toda la geografía nacional, así como Casablanca, Portugal, Alemania y Japón.

Con la puesta en escena del espectáculo Rúbrica, la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de San Fernando prosigue en el trabajo de apoyar a jóvenes artistas isleños, para conseguir dar ese difícil salto que constituye el pasar del pequeño formato de peñas y entidades de flamenco, al complicado mundo de la gran escena, en formatos de dimensión profesional, y con la incorporación de medios materiales y humanos, que de otra manera les resultarían muy difíciles de alcanzar, sobre todo en momentos de crisis como lo es el actual que vivimos.

La puesta escena de las producciones de estos noveles artistas en lo que hoy día constituyen las privilegiadas tablas del Real Teatro de las Cortes, es sin duda para estos artistas, una de sus primeras tarjetas de presentación y currículum para poder introducirse en otros teatros y auditorios de la geografía nacional.


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