El primer ministro israelí rechaza las condiciones exigidas para la liberación de rehenes y sostiene que "en cuestión de meses" acabará la guerra en Gaza
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, instó hoy a seguir ejerciendo "presión militar" sobre Gaza hasta lograr "una victoria absoluta" que incluya la liberación de los rehenes, sin aceptar las demandas de Hamás para un posible pacto de tregua.
"Seguir con la presión militar es una condición necesaria para liberar a los rehenes, sucumbir a Hamás sólo llevará a otra masacre", dijo Netanyahu en una rueda de prensa, donde agregó que el Ejército israelí "debe destruir metódicamente a Hamás" hasta lograr que la Franja "no represente ninguna amenaza para Israel".
Con sus declaraciones, el jefe de Gobierno rechazó públicamente las condiciones exigidas por Hamás para liberar al más de centenar de rehenes israelíes que siguen en la Franja. El grupo islamista pide la retirada de las tropas israelíes y el fin de la ofensiva en el enclave como marco para la liberación de cautivos, una exigencia que Israel no acepta y que supone un gran escollo para la tregua.
"Solo una victoria absoluta dará seguridad a Israel", insistió Netanyahu, que aseguró que las fuerzas israelíes siguen actuando para liberar a los rehenes, mientras sigue habiendo mucha presión de sus parientes para que se logre un pacto que implique su liberación.
También reiteró que Israel "va camino del triunfo" en la Franja, y remarcó que la guerra acabará "en cuestión de meses" en medio de los avances de las tropas israelíes en su ofensiva terrestre sobre Gaza.
Según remarcó, el Ejército consiguió ya "logros sin precedentes", mientras "sigue matando terroristas", destruyendo centros de mando, infraestructura militar o "los túneles donde se esconde Hamás".
A su vez, insistió en que tras derrotar al grupo islamista, Israel mantendrá control sobre Gaza y buscará que "quede desmilitarizada para siempre".
"Seguiremos hasta el final", remarcó, mientras se especula que las tropas israelíes pretenden ahora dirigir operaciones al extremo sur del enclave, Rafah. En esta ciudad se hacinan más de un millón de civiles y es fronteriza con Egipto, y en caso de tomarse aseguraría a Israel el control terrestre del conjunto de la Franja.
Tras su ataque a Israel del pasado 7 de octubre que causó unos 1.200 muertos, la ofensiva israelí sobre el enclave ha dejado más de 27.700 palestinos fallecidos en cuatro meses, un paisaje de severa destrucción en la Franja y una crisis humanitaria extrema.