Birmania (Myanmar) celebra este jueves una huelga silenciosa para protestar contra el régimen militar con motivo del tercer aniversario del golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, con la junta debilitada por las derrotas del Ejército frente a guerrillas prodemocráticas y de minorías étnicas.
"Hoy es el tercer aniversario del golpe del Ejército. Hemos organizado una huelga silenciosa nacional para mostrar nuestro espíritu imbatible. Solo tenemos un mensaje para la comunidad internacional: apoyad a nuestros activistas", subraya hoy el movimiento de desobediencia civil (CDM, por sus siglas en inglés), organizador de la protesta, en su cuenta de X.
Convocada entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde (GMT+6:30), el CDM conminaba a los ciudadanos a que se quedaran en sus viviendas o comercios durante ese periodo para expresar su disconformidad con el régimen.
Las calles de Rangún, como constatan fotografías de EFE/EPA, aparecían hoy con muy poco tráfico y apenas unos puñados de viandantes.
En una de las imágenes, la icónica pagoda dorada de Schwedagon, referencia central de Rangún, se impone al fondo de una carretera por la que circulan algunos vehículos, sin apenas rastro de ciudadanos en las aceras.
"Es la prueba del espíritu indómito de la gente de Rangún, que se muestra unida en la huelga silenciosa, desafiando las medidas opresivas de la junta genocida", dice por su parte en X el doctor Sasa, ministro para la Cooperación Internacional del opositor Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que se declara la autoridad legítima del país.
El político del NUG, formado tras el golpe en parte por exdiputados del Legislativo derrocado y que opera en la semiclandestinidad, acompaña el comentario de fotografías de calles semivacías de Rangún.
Por otro lado, y en desafío a la huelga, una decenas de monjes budistas afines al régimen marcharon por la urbe en protesta contra las fuerzas prodemocráticas y las guerrillas de minorías étnicas que combaten al Ejército, según muestran fotografías de EFE/EPA.
Se trata de la quinta huelga silenciosa convocada en Birmania tras el golpe, y los dos pasados aniversarios también fueron conmemorados con eventos similares que paralizaron gran parte del país, aunque su seguimiento es difícil debido a las pobres telecomunicaciones en el país y a la persecución a la prensa independiente.
"Este año, 2024, es crucial para la revolución. Tenemos que combatir a la dictadura por dos vías: la resistencia armada y la no violencia", afirmó el organizador de la huelga, Ko Nan Lin, al diario The Irrawaddy.
La huelga se celebra apenas veinticuatro horas después de que la junta anunciara la quinta extensión del estado de emergencia tras el golpe, que garantiza a las fuerzas armadas plenos poderes ejecutivos y legislativos seis meses más y aleja la posibilidad de elecciones, que no pueden celebrarse en ese periodo por mandato constitucional.
La extensión del estado de emergencia se produce cuando el conflicto se agudiza en el país y el Ejército se halla arrinconado tras una ofensiva surgida a finales de octubre bajo el nombre de Operación 1027 (por su fecha de inicio), lanzada en el estado norteño de Shan, limítrofe con China, por una alianza de guerrillas, si bien se extendió rápidamente después por casi todo el país.
El líder de la junta, el general Min Aung Hlaing, afirmó el miércoles que el Ejército "hará lo que sea necesario" para "aplastar a la oposición" y "recuperar la estabilidad" en el país.
No obstante, las derrotas del Ejército han insuflado optimismo al movimiento prodemocrático, representado por el NUG y que cuenta con un brazo armado, las fuerzas para la defensa del pueblo (PDF), que secundan la Operación 1027.
Con motivo del aniversario, países como Estados Unidos y Australia han anunciado nuevas sanciones contra los militares, esta vez dirigidas contra empresas e individuos que facilitan el suministro de combustible a la junta, con el objetivo de frenar los bombardeos del Ejército contra la población.
Mientras, se han celebrado en varias ciudades del mundo, como Bangkok, Seúl y Manila, protestas contra el régimen militar.
El golpe militar del 1 de febrero de 2021 sumió a Birmania en una profunda crisis política, social y económica y ha abierto una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas.
Cerca de 4.500 personas han muerto en manos de las fuerzas de seguridad birmanas y casi 20.000 se encuentran detenidas, entre ellas la exlíder de facto, Aung San Suu Kyi, desde la asonada, según el último recuento de la Asociación para la Asistencia de Prisioneros Políticos de Birmania (AAPP).
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