Míchel usó el humor para responder a una pregunta sobre su opinión acerca de la posibilidad de que Mourinho y Preciado pudieran ser sancionados después de una semana convulsa con las declaraciones del preparador del Sporting, que tildó a su homólogo portugués de "canalla" por decir que su equipo regaló el partido ante el Barcelona.
"Yo me metería contra los que me cantan y hacen insinuaciones sobre mi homosexualidad en los campos. Ahí, sí que eso es antiviolencia, porque ya tengo líos hasta en casa", ironizó el técnico madrileño, a quien en muchos estadio recuerdan que en su etapa de futbolista tocó sus partes al jugador Carlos Valderrama para distraerle en un córner.
Después, Míchel, ya más serio, analizó la situación: "Creo que estamos llevando las situaciones a límites exagerados. Yo comprendo que tenéis que buscar información (a los periodistas) y que vender, y que también los protagonistas nos equivocamos con respecto a esas cuestiones. Pero ya está, ya no hay más. Hay situaciones mucho más violentas que las que hemos sufrido la semana pasada. No pasa nada. Tampoco es para tanto", finalizó.
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