El secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó la pasada noche un llamamiento para garantizar la continuidad del trabajo de la agencia para los refugiados de Naciones Unidas (UNRWA) mientras se investiga la posible participación de 12 de sus miembros en los ataques del 7 de octubre contra Israel.
En un cuidado mensaje lleno de equilibrios diplomáticos, Guterres reconoce que "los presuntos actos horrendos de esos empleados deben tener consecuencias", pero recuerda que hay "decenas de miles de personas (unos 30.000)" que trabajan para esa agencia y que no deben ser penalizados.
Además, insiste en que "deben resolverse las necesidades desesperadas de la población a la que sirve (la UNRWA)", por lo que hace un dramático llamamiento a los países que han anunciado que suspenden su financiación a la agencia, entre ellos Estados Unidos y gran parte de países europeos.
"Aunque entiendo sus preocupaciones, llamo con énfasis a estos gobiernos a que, por lo menos, garanticen la continuidad de las operaciones de UNRWA", apunta el secretario general.
El comunicado da detalles además sobre los presuntos implicados en los ataques que pertenecen a la agencia: fueron inmediatamente identificados y expulsados por el comisionado general de UNRWA, Philippe Lazzarini, uno está muerto y se está aclarando la identidad de otros dos.
Guterres confirmó que existe una investigación abierta por el departamento de Asuntos Internos desde el pasado viernes, además de otra que revisará de forma global e independiente el funcionamiento de esa agencia.
El caso de los 12 empleados de la UNRWA ha empeorado aún más si cabe la pésima relación instalada entre el gobierno de Israel y todo el sistema de Naciones Unidas: el gobierno de Benjamín Netanyahu ha acusado repetidamente a la ONU en general y todas sus agencias de parcialidad en favor de los palestinos y contra Israel.
Incluso ha pedido la dimisión del propio secretario general, António Guterres, en varias ocasiones.
El pasado viernes, desde la misma tribuna de la Asamblea General, el embajador israelí Gilad Erdán declaró: "La ONU no solo se ha convertido en arma para deslegitimar nuestra existencia, sino también para exterminarnos físicamente".
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