El hombre detenido como supuesto autor del homicidio de los tres hermanos hallados sin vida en la localidad madrileña de Morata de Tajuña ha admitido su participación en los crímenes tras quedar en libertad a finales de septiembre por agredir precisamente a una de las víctimas hace apenas un año.
Dilawar Hussein F.C., un ciudadano paquistaní de 42 años, se ha entregado la madrugada de este lunes en las dependencias de la Guardia Civil de Arganda del Rey y ha confesado su implicación en el crimen, por lo que ha quedado arrestado como autor de un delito de homicidio doloso, ha informado la Comandancia de Madrid del instituto armado.
Con todo, fuentes cercanas a esta declaración admiten a EFE que el arrestado, quien en estos momentos se encuentra en el cuartel del instituto armado de Rivas-Vaciamadrid, incurrió en incongruencias en su relato de los hechos.
Está previsto que los agentes registren esta tarde el domicilio del detenido, situado en Arganda del Rey, como parte de las pesquisas en el marco de la denominada operación Calvario, cuyo nombre coincide con la calle en la que vivían los asesinados, Travesía del Calvario.
La principal hipótesis que manejan los agentes de Homicidios de la Guardia Civil es que el crimen estuviese motivado por un ajuste de cuentas por las deudas que habían contraído estos familiares con algunos conocidos.
Las dos hermanas supuestamente se habían arruinado tras ser víctimas de una estafa amorosa y pedían dinero a sus allegados y vecinos de forma recurrente. Supuestamente debían unos 60.000 euros al detenido de la época en que éste les alquiló una habitación en su casa.
Un mes después de que se les perdiese la pista, los cuerpos de Amelia, Ángeles y Pepe, de unos 70 años y naturales de Torre de Juan Abad (Ciudad Real), fueron encontrados el pasado jueves quemados, apilados, con restos de sangre y en proceso de descomposición en el interior de su casa.
Los cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal para practicarles las correspondientes autopsias, cuyo resultado no ha trascendido.
En libertad por falta de antecedentes
El 24 de febrero del pasado año, Dilawar Hussein F.C. fue detenido por golpear con un martillo en al menos tres ocasiones la cabeza de Amelia y propinarle una patada cuando ésta cayó al suelo. Según la sentencia, la víctima sufrió tres heridas en el cráneo -una de siete centímetros-, entre otras lesiones.
Por estos hechos, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Arganda del Rey dictó su ingresó en prisión provisional comunicada y sin fianza, resolución confirmada posteriormente por la Audiencia Provincial de Madrid, ha informado este lunes el Tribunal Superior de Justicia.
Concluida la instrucción, la causa fue enjuiciada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Alcalá de Henares, que el 12 de septiembre condenó a dos años de prisión al procesado y le prohibió aproximarse a menos de 500 metros y comunicarse con la víctima durante dos años y medio, calificación propuesta por la Fiscalía y a la que se adhirió la defensa.
Una vez la sentencia adquirió firmeza, la defensa solicitó el beneficio de suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad, a lo que no se opuso ninguna de las partes.
El Juzgado se la concedió ya que reunía los presupuestos legalmente exigidos para ello, pues carecía de antecedentes penales y había asumido el compromiso del pago de una indemnización de 2.900 euros, aunque le impuso la obligación de no delinquir en dos años y medio.
Inmediatamente salió de la cárcel tras seis meses en prisión provisional.
Arruinadas por una estafa amorosa
El presunto móvil del triple crimen se remonta años atrás, cuando las dos hermanas iniciaron una relación con sendos militares estadounidenses destinados en Afganistán a los que conocieron a través de Facebook, tal y como contaban a sus vecinos.
Uno de ellos, que se hacía llamar Edward y lucía una fotografía del excomandante de la OTAN Wesley Clark, les aseguró que el otro había fallecido y que él iba a ser el beneficiario de su millonaria herencia, que compartiría con las hermanas.
No obstante, antes necesitaba que le enviasen dinero para sufragar los costes sucesorios, causa para la que llegaron a destinar unos 400.000 euros, según los vecinos.
Cada mes enviaban al supuesto novio buena parte de su pensión, por lo que se arruinaron y comenzaron a pedir dinero a los vecinos del pueblo, incluido a su inquilino paquistaní.
Para justificarse, las dos hermanas empleaban un argumentario muy similar al de su presunto estafador: iban a recibir una millonaria herencia de un familiar residente en Estados Unidos, pero necesitaban costearse los gastos sucesorios.
Los tres hermanos, todos solteros, siempre habían vivido juntos e iban en comitiva a todas partes. Pepe tenía una discapacidad y Amelia, la más joven y "espabilada" -como muchos la definen- se encargaba de su cuidado.