Francisco Javier, una mujer transgénero de 42 años y soldado en Carmona, ha puesto en jaque las convenciones del colectivo trans. La decisión de mantener su nombre y aspecto masculino ha generado un debate candente sobre la autenticidad y los límites de la
identidad transgénero.
Las reacciones
al caso de Francisco Javier no se han hecho esperar dentro de la comunidad trans. En el programa 'Y ahora Sonsoles', Miguel Lago, colaborador, manifestó su escepticismo: "Desde luego que no, porque quitando que lo pone en el DNI, permite poner el foco en una chufa de ley llena de errores". "Ejemplos como el tuyo
borran a las mujeres absolutamente."
La posibilidad de un
fraude de ley ha sido una de las críticas más severas hacia Francisco Javier. Algunos miembros del colectivo trans temen que su caso pueda ser un mal uso de la Ley trans, poniendo en riesgo los derechos arduamente ganados por la comunidad. Marta García Aller, periodista, expresó en el mismo programa: "Al colectivo trans les sorprende tu caso y les incomoda. Es muy extraño porque cambiar el nombre es lo primero".
A pesar de las críticas, Francisco Javier se mantuvo firme en su posición. "Sentirte mujer no es cambiarte de nombre. A mí me gusta el mío", declaró en 'Y ahora Sonsoles', desafiando las expectativas tradicionales sobre la
transición de género y enfatizando la
individualidad en la experiencia trans. En el programa, explicó que su hija le llama "mamá" y defendió su derecho a definir su identidad a su manera. "¿Qué problema hay?", preguntó Francisco Javier, aludiendo a su estatura y barba, y desafiando los estereotipos tradicionales sobre cómo debe lucir una mujer.
La colaboradora Beatriz Osa reveló en el programa las sospechas del colectivo transgénero: "He estado hablando con el colectivo transgénero, la plataforma que participó para sacar adelante esta ley y me adelante que seguramente, en tu caso, como han hecho con otros, lo presenten a la fiscalía porque consideran que es un caso de
intrusismo". Francisco Javier se defendió de estas acusaciones, cuestionando el beneficio que supuestamente obtendría de su situación: "¿Qué beneficio tengo yo? ¿Qué van a investigar? Que soy militar... que soy esteticista. Si yo lo he hecho es porque quería, ¿de qué me voy a beneficiar? Yo pago todo lo que tengo que pagar, lo pagaba de hombre y lo pago de mujer". Francisco Javier abordó las dudas sobre su decisión de no cambiar ni su nombre ni su sexo. "Yo no soy transexual, soy transgénero. La ley me permite mantener mi nombre, mi estado físico y cambiarme de género", explicó.
Sonia Ferrer planteó una preocupación grave sobre la posibilidad de que Francisco Javier pudiera tener
motivaciones inapropiadas. "¿Y si es simplemente un voyeur que le gusta ver a niñas y se va al polideportivo a ver a las niñas cómo se cambian o es un exhibicionista...?", preguntó Ferrer, sugiriendo que la
identidad de género de Francisco podría ser una fachada para comportamientos indebidos.