El turismo de interior, un tesoro para poder disfrutar

Publicado: 12/11/2010
La oferta de plazas supera a las diez mil, especialmente centradas en los parques naturales, donde el paisaje tiene una rotunda personalidad
Andalucía tiene en su interior un tesoro y se puede disfrutar: naturaleza, gastronomía, cultura, viejos molinos o paisajes incomparables. Es el turismo rural, un segmento en auge, alternativo al de sol y playa tradicional, al monumental de las grandes ciudades o al deportivo de golf que puede disfrutarse a lo largo de toda la geografía andaluza, una oferta única en España, con la naturaleza como base, con la seña de identidad de la calidad.

El número de plazas de turismo rural es superior a las 100.000, siendo las provincias de Jaén y Granada las que disponen de más alojamientos en este sector, aunque la oferta crece año a año, conscientes de que pocas comunidades españolas o regiones europeas pueden ofrecer más alicientes para potenciar un sector tan amplio como variable: tradiciones, cultura, historia, paisajes, clima, relación calidad/precio, gastronomía y una amplia red de establecimientos rurales son atractivos suficientes para este segmento del turismo andaluz, que goza de mucho prestigio.

De hecho, el propio clima de Andalucía juega un papel muy importante en la consolidación y calidad del segmento del turismo rural en la región. Con una media de 300 días de sol al año, la oferta de este turismo de interior está íntimamente relacionada con los parques, espacios y reservas naturales, estando el 18% del territorio andaluz considerado como reserva natural.

Parques naturales

Tal es así que la mayor parte del turismo de interior se ubica en las zonas donde el paisaje tiene una rotunda personalidad. Por ello, la mayoría de las plazas de alojamiento existentes en el interior de Andalucía se concentran en los grandes parques naturales.

Es más, Andalucía es la comunidad española con mayor número de parques naturales que poseen el distintivo de la Carta de Turismo Sostenible, entre los que se encuentran los de Bahía de Cádiz y Tejeda, Almijara y Alhama, Sierra Norte de Sevilla, Sierra Mágina, Sierra de las Nieves, Sierra María-Los Vélez, Sierra de Cardeña y Montoro, La Breña y Marismas del Barbate, Los Alcornocales, Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, Sierra Nevada, Sierra de Andújar, Sierra de Grazalema, Estrecho, Sierras Subbéticas, Cabo de Gata-Níjar y Doñana.

Igual que los paisajes, la oferta de turismo de interior en Andalucía es de lo más variada: viejas minas, poblados mineros, antiguas vías de ferrocarril convertidas en vías verdes, antiguas haciendas o cortijos que se convierten en establecimientos hoteleros, como los molinos harineros o viejas almazaras, ponen en contacto al turista con el pasado pero adaptando las instalaciones a las necesidades de hoy en día.

Varias son las rutas o comarcas donde encontrar este tipo de turismo desde el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, al de Sierra Nevada, con una oferta de enorme calidad en los pueblos de la Alpujarra granadina y almeriense. La sierra de Huelva, por Aracena, Cortegana, Hinojales, Fuente Heridos, Aroche y Alájar, es única, como Sierra Morena en Córdoba y la Sierra Norte de Sevilla.

Y si en las tierras áridas de Almería, por la comarca de Los Vélez, Sierra María y Gádor, con la de Alhamilla, hay lugares de turismo interior que asombran a los visitantes, no lo son menos las sierras más húmedas de Andalucía, por tierras de Los Alcornocales, Grazalema, Castellar de la Frontera y la Almoráima, en Cádiz.

También los pueblos blancos de la sierra gaditana desde los que se sube hasta la serranía de Ronda (Málaga) y los del valle del alto Genal cuentan con una oferta de alojamiento muy atractiva, donde se puede disfrutar de la ancestral cultura de estas tierras y de una gastronomía muy rica y peculiar.

Hay serranías en Málaga y Granada con gran peso en la historia, como sucede con la Axarquía malagueña o el Valle de Lecrín granadino. Su pasado morisco, con las huellas del mudéjar en sus torres eclesiales, está en cada rincón de los encalados pueblos axárquicos, donde recios guisos ayudan a reponer fuerzas.

Si se ha querido subir al pico de la Maroma o asomarse al Boquete de Zafarraya, abierto a las tierras onduladas de Alhama de Granada, se descubrirán sus caminos hoyados por romanos, árabes, contrabandistas y bandoleros que tenían posada y fonda en la Venta de Alfarnate y en el mesón del Vizco de El Borge, por citar ejemplos.

Legado artístico

El turismo de interior no puede contemplarse sin tener en cuenta su basta cultura, su infinidad de tradiciones y fiestas populares o su variada y reconocida gastronomía. De hecho, el inmenso legado artístico andaluz recorre desde la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o la Giralda o casco histórico de Sevilla a la brillante arquitectura islámica, renacentista y, sobre todo, barroca de sus edificios más importantes, sus castillos, fortalezas y monasterios, diseminados por toda su región.

La patria de Velázquez, Murillo y Picasso dispone de lienzos, esculturas, joyas, imágenes y restos arqueológicos que se reparten por catedrales, museos, iglesias, conventos y palacios como guardianes de un potente desarrollo artístico. En la localidad más alejada de Andalucía es posible encontrar un retablo de primera categoría, una obra maestra de la pintura o una pieza de la más elaborada orfebrería. Solo hay que buscarla.

Gastronomía

Pero si algo es atractivo para el visitante es la gastronomía andaluza. Con productos básicos como las hortalizas, frutas, pescados y el aceite de oliva virgen, la diferencia está en el toque personal que cada pueblo otorga a sus platos típicos.

Fiel reflejo de su historia, está llena de aromas, sabores y colores, con profundas huellas de la cocina árabe de al-Ándalus, que se saborea en potajes de legumbres y verduras y los guisos de caza, junto a las formas de preparar el pescado.

El plato más universal por su valor alimenticio y su fácil preparación es el gazpacho, sopa fría a base de tomate, pepino, pimiento, ajo, aceite y vinagre, aunque existen otras muchas variaciones para degustar como son el salmorejo, la porra y el ajoblanco.

Alonso aboga por potenciar el segmento

El consejero de Turismo, Comercio y Deporte, Luciano Alonso, ha abogado por potenciar el segmento de interior para aumentar la competitividad de la industria turística andaluza. En su opinión, el desarrollo de este producto es “una prioridad máxima” de la Junta, al atraer un “turismo rentable” que gasta el 20 por ciento más al día que la media y reforzar la singularidad y diferenciación del destino.

Alonso, que realizaba estas declaraciones durante la inauguración de la X edición de la Feria de Turismo de Interior de Andalucía 'Tierra Adentro', ha destacado el peso específico de este sector, que “ha dejado de ser una alternativa para convertirse en una realidad”, al atraer cada año a la comunidad a 3,65 millones de viajeros, lo que representa el 17 por ciento del total.

Igualmente, ha señalado que se trata de un segmento “clave” que contribuye para combatir la estacionalidad, al repartir sus visitas de forma homogénea a lo largo de todo el año y que refuerza la posición de liderazgo del destino en el mercado nacional, ya que casi el 70% de los turistas englobados en el segmento de interior que recibe la región son españoles.

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