Reparar bicicletas fue la excusa del instituto de Secundaria La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria, para que sus alumnos aprendieran a convivir con los migrantes que llegan buscando un futuro mejor, un proyecto que ha recibido dos premios nacionales y que este miércoles ha valorado el presidente canario, Fernando Clavijo, durante una visita al centro.
"Lo que queríamos es poner en valor no solo el premio en sí, sino cómo el pueblo canario acepta, acoge e integra a aquellos que vienen huyendo del hambre, de la muerte y de la miseria", ha declarado a la prensa Clavijo.
El presidente ha aprovechado para destacar "el magnífico equipo que tiene este centro y que está haciendo un proyecto que ha sido premiado" y "para acercar esa realidad" de niños, niñas y jóvenes, iguales que nuestros hijos, nietos o hermanos "y que tienen derecho a aspirar un futuro mejor como cualquier persona".
El proyecto, denominado 'Sentir La Isleta: convivir para entender' fue desarrollado el pasado curso en este instituto por los alumnos de primero de Bachillerato y jóvenes llegados en patera acogidos en el centro Canarias 50, ubicado en el mismo barrio.
La iniciativa recibió el pasado diciembre el XIII Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer y el Premio Aprendizaje-Servicio 2023 que organiza la Red Española de Aprendizaje-Servicio, Educo y la Fundación Edebé.
"Habíamos identificado que había cierto sector racista, por así decirlo, en nuestro barrio y nuestra sociedad que afectaba a mucha de nuestra población, ya que La Isleta es una zona bastante multicultural, tenemos mucha población de tanto de África, como de Sudamérica e incluso de Asia, y nos parecía ilógico que en una zona tan mezclada hubiese un racismo tan rampante", ha explicado a la prensa el alumno de segundo de bachillerato Nichel Delgado.
"Queríamos solucionarlo mediante inclusión", ha añadido al explicar que a raíz del proyecto no solo arreglaron bicicletas, que luego fueron donadas a asociaciones del barrio de La Isleta, sino que también organizaron torneos de fútbol, jugaron al baloncesto y aprendieron algunas palabras en árabe.
Delgado asegura que a través del proyecto ha aprendido "parte de su cultura, de su idioma" y "el cómo tener ese trato de tú a tú y ser como un amigo más".
"Lo de las bicicletas no ha dejado de ser una excusa, en un momento determinado, para convivir. Nosotros lo que buscamos era un hilo conductor que nos permitiera tener tiempo para convivir, para hablarse de tú a tú e interactuar", ha explicado Iván Ojeda, profesor de Geografía e Historia que, junto a la profesora de Lengua Castellana y Literatura, Taide Fleitas, ha desarrollado el proyecto.
Aunque la reparación de bicicletas se va a parar este año, Ojeda ha asegurado que el proyecto va a seguir en marcha de otra manera.
"Hemos pensado en 20.000 cosas diferentes, desde pintar cuadros hasta hacer maquetas. Digamos que el recurso es lo de menos, lo importante realmente es la convivencia, generar ese espacio de convivencia y para eso a lo largo del año vamos a llevar a cabo iniciativas con Cruz Roja y otras asociaciones", ha indicado.
Estos profesores aspiran a continuar colaborando con el centro de acogida Canarias 50 así como con otras organizaciones y a trabajar con los alumnos cuestiones como la inclusión social, la ciudadanía global, el racismo, la xenofobia, el machismo, el feminismo o la gordofobia, entre otros.
Además, ha explicado Ojeda, "lo que estamos creando son pequeños y pequeñas embajadoras que sean capaces ellos mismos de transmitir a sus iguales lo que es una conciencia global, una ciudadanía global".