El gasto farmacéutico en Andalucía ha experimentado un aumento drástico del 30%, llegando a los 2.500 millones de euros anuales, desde que el Partido Popular (PP) asumió el gobierno de la Junta hace cinco años. Según publica el diario El País, este incremento notable se produjo después de que el PP decidiera eliminar las subastas de medicamentos, un sistema instaurado por los gobiernos socialistas anteriores. La inversión pública en medicamentos, abarcando tanto las recetas en farmacias como el gasto en hospitales, ha pasado de 1.965 millones en 2018 a 2.566 millones en 2023.
El salto de 600 millones de euros anuales en gasto adicional representa un significativo impacto en las arcas públicas. Según expertos consultados, con este dinero se podrían edificar hasta diez hospitales de alta resolución, estimados en 60 millones cada uno, o contratar aproximadamente a 30.000 profesionales sanitarios durante un año. La Junta, consciente del problema, ha implementado programas para intentar reducir esta subida desorbitada, aunque sigue siendo superior a la de otras regiones españolas.
De acuerdo con el Ministerio de Hacienda, Andalucía incrementó su gasto farmacéutico total un 29% entre 2019 y 2022, mientras que la media de las comunidades autónomas fue del 20%. La pandemia de coronavirus ha influido en el aumento del gasto sanitario en todas las regiones, pero Andalucía destaca especialmente en este aspecto.
El deterioro de la atención primaria en Andalucía es otra consecuencia preocupante. Se reportan esperas de hasta 20 días para una consulta en centros de salud y más de un año con especialistas, además de un problema generalizado de falta de médicos. Frente a esta situación, una de las estrategias del Gobierno andaluz ha sido motivar a los médicos de atención primaria para que dediquen varias tardes a la semana a "desprescribir medicamentos a los 365.000 enfermos polimedicados", lo cual ha sido criticado por Socorro Ricoy, vocal de la asociación Justicia por la Sanidad, quien afirma en declaraciones a El País: “En vez de ver enfermos y desatascar la atención primaria, aprovechan las continuidades asistenciales por las tardes en un programa de productividad, por lo que cuantos más pacientes ves, más cobras, y lo haces a la carrera”.
La Junta argumenta que el alza del gasto farmacéutico se debe a factores múltiples, incluyendo el envejecimiento de la población. Además, resalta los esfuerzos para contener la subida a solo el 2,86% en el último año y la reducción del número de pacientes polimedicados, logrando un ahorro de 10 millones. También subraya el uso de medicamentos biosimilares, que representan el 70% de los biológicos, y un uso adecuado de otros medicamentos, sumando un ahorro de 13 millones más. Carlos García Collado, subdirector de Farmacia del Servicio Andaluz de Salud (SAS), defiende la gestión de la Junta afirmando: “El aumento del gasto no es inevitable, todo es susceptible de mejorar, pero ahora tenemos un crecimiento constante a un ritmo aceptable, entre el 3 y el 6%”.
En contraste, Ángeles Prieto, portavoz de Sanidad del PSOE andaluz, señala a la mala gestión como principal causa de la subida presupuestaria, afirmando: “Andalucía crece más y a mayor ritmo que otras regiones. Entre 2020 y 2021 aumentó un 16%, mientras que Madrid fue la siguiente y lo hizo un 8%. El gasto farmacéutico hay que gestionarlo marcando objetivos a los gerentes para que los profesionales receten. Y para poder prescribir bien es fundamental que los médicos de atención primaria estén motivados, y ahora hay hartazgo”.
Además, se cuestiona la proximidad de la Junta con las compañías farmacéuticas. La consejera de Salud y Consumo, Catalina García, asistirá a un foro patrocinado por una distribuidora farmacéutica, reflejando esta cercanía. Joan Carles March, exdirector de la Escuela Andaluza de Salud Pública, critica la influencia de la industria en la educación sanitaria, señalando: “Ahora un porcentaje importante de jornadas y congresos en la Escuela son definidos por la industria y el SAS. Antes existía un código ético por el que los laboratorios no podía definir actividades e invitar a un ponente u otro, y eso se ha perdido en esta institución científica, transformada ahora en agencia de congresos”.
Inmaculada Nieto, portavoz de Por Andalucía, atribuye el incremento en el costo farmacéutico a la eliminación de las subastas de medicamentos. Según Nieto, esta eliminación ha provocado que "cuando la Junta ha salido a la vorágine del mercado sin el colchón de la subasta, el coste se ha disparado".
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