Contando las horas para dar a luz a su primer hijo,
Gabriela Guillén ha tomado una decisión que afecta directamente a
Bertín Osborne. Después de que el artista comentase a su entorno cercano -y se filtrase a la prensa- que pensaba
pedir las pruebas de paternidad al niño cuando naciese para comprobar si es suyo, la fisioterapeuta ha dado un paso al frente.
Aunque ha dejado claro en más de una ocasión que ella no tiene ninguna duda de que el presentador es
el padre del bebé al que tendrá en brazos de una manera inminente -sale de cuentas el 31 de diciembre-, no pondrá problemas para someterle a las pruebas de ADN. Pero con una condición.
Y es que tal y como ha revelado la periodista
Beatriz Cortázar, Gabriela no quiere dar pie a ningún tipo de elucubración y habría impuesto que
la prueba de paternidad se haga en el mismo lugar donde mandan los jueces y no en una clínica o laboratorio privado. Es decir, en el
Instituto Toxicológico, un sitio riguroso, seguro e imparcial para contar con el 100% de garantías.
A pesar de que Bertín se ha desmarcado de Gabriela y de su futuro hijo desde un primer momento, sí ha dejado claro que si efectivamente dichas pruebas demuestran que es el padre,
se hará cargo económicamente y se encargará de que al pequeño no le falte de nada. Además, ha asegurado que aunque todavía no ha roto su silencio sobre su inminente paternidad, sí hablará cuando llegue el momento.