El ya ex vicesecretario general del PSOE-A y ex diputado autonómico por Córdoba Rafael Velasco emitió anoche un comunicado en el que asegura que ha dimitido de ambos cargos por “dignidad personal y por coherencia política”, asegurando que ni él ni su mujer han incurrido en ninguna incompatibilidad o irregularidad y que no ha intervenido en la tramitación de subvenciones a la empresa de formación de su esposa, de las que afirma que “han estado plenamente justificadas”.
La secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz, fue la encargada ayer de comunicar que el partido había aceptado la dimisión “irrevocable” de Velasco al frente de la Vicesecretaría General a pesar de los esfuerzos del secretario general, José Antonio Griñán, por intentar que siguiera al frente, “comprensión y apoyo” que el dimisionario agradecía en el comunicado.
En éste, Velasco explica que, a la vista de las “múltiples valoraciones”, ha decidido explicar públicamente su decisión, que justifica “por dignidad personal y por coherencia política con lo que siempre he defendido y siempre he practicado, que es la ejemplaridad obligada en las conductas públicas y privadas de quienes nos dedicamos a la política”.
“Afirmo con absoluta rotundidad -prosigue el comunicado- que las subvenciones que mi mujer ha percibido para cursos de formación han estado plenamente justificadas, tramitadas y concedidas en las mismas condiciones que cientos de centros similares que desarrollan esta misma labor en toda Andalucía”. Además, reitera que “ni he influido ni intervenido en las gestiones” del centro ante la Administración andaluza y “siempre he permanecido al margen de la actividad profesional de mi mujer”.
“He considerado que la campaña de acoso y derribo desarrollada contra mí y, lo que más me duele, contra mi mujer, sin que se haya aportado ningún dato del que se pueda derivar algún tipo de responsabilidad, no ya punible, sino éticamente reprochable, me ha originado un daño personal y familiar de consecuencias insoportables”, asegura.
Se apoya en otro documento que ha generado polémica. Un informe de los servicios jurídicos del Parlamento andaluz en el que se asegura que no existe “ninguna incompatibilidad ni irregularidad” por estas denuncias, ya que la Ley se refiere sólo a las actividades del diputado y no de su esposa. “Ni administra ni es propietario de los bienes de su esposa, es una conquista de estos tiempos, el hombre no controla los bienes de su mujer”, ilustraba la secretaria de Organización del PSOE parafraseando el propio informe, firmado por el Letrado Mayor, Plácido Fernández Viagas.
Sin embargo, el PP asegura que ese informe no existe ni se ha entregado a la Mesa de la Cámara, por lo que ha pedido una reunión urgente de este órgano para aclarar este extremo, apuntando que los letrados del Parlamento con los que han consultado niegan la existencia de ese informe.
Consecuencias políticas
En cuanto a las consecuencias políticas de la renuncia que “pudieran derivarse de esos infundios”, dice Velasco, “he intentado con mi dimisión que no puedan causar daño alguno ni a mi partido, ni a mis compañeros, ni a los dirigentes del PSOE”, apunta.
“Soy consciente de que quienes han orquestado esta campaña pueden argumentar que mi decisión corrobora lo acertado de su ataque, pero eso se debe a que, acostumbrados a la indignidad, no son capaces de comprender que las actitudes limpias y valientes están por encima de los intereses personales e incluso de las estrategias partidistas”, añade, coincidiendo con las reflexiones que hizo ayer la portavoz del Gobierno andaluz, Mar Moreno.
“Como tengo la certeza de que ni mi actuación ni la de mi mujer pueden ser objeto de reproche legal, quiero pedir, como cualquier ciudadano, respeto a mi derecho, el de mi mujer y el de mi familia a la intimidad y al honor”, concluye el comunicado.
Por la mañana, la dirección del PSOE andaluz, a través de su secretaria de Organización Susana Díaz, confirmaba que habían aceptado la dimisión “irrevocable” de Velasco y que la dirección “colegiada” del partido asumirá sus funciones, ya que esta dimisión no supone ninguna “crisis” porque cada uno “sabe cuál es su tarea”.
Según Díaz, esta dimisión no crea una “crisis” dentro del partido pero no alcaró si desaparecerá o no la Vicesecretaría. “Eso ya se verá”, apuntó ante la insistencia de la prensa pero reiterando que la función del vicesecretario -que representa al secretario general cuando está ausente- la asumirá un miembro de la dirección dependiendo del acto o la negociación que se esté llevando a cabo. “Sabemos lo que tenemos que hacer y no hay tiempo para otra cosa, porque no hay crisis, tenemos claras nuestras tareas”.
Ya por la tarde, fuentes socialistas confirmaban que José Antonio Griñán convocará a la Ejecutiva socialista y a los secretarios provinciales para analizar la situación y convocar, en su caso, al Comité Director para decidir el nuevo organigrama, puesto que no sólo queda vacante la Vicesecretaría General, sino también la de Política Institucional que asumió Velasco tras la renuncia de Francisco González Cabañas en el Congreso Regional
Arenas pide explicaciones y Valderas, responsabilidades
La dimisión de Rafael Velasco provocó ayer una cascada de reacciones en el ámbito político andaluz, sobre todo pidiendo explicaciones. Así, el líder del PP-A, Javier Arenas, pidió al jefe del Ejecutivo, José Antonio Griñán, que explique si hay algún tipo de “orquestación” por parte de la Junta en la concesión de ayudas a cursos de formación. Aunque respetando la decisión de Velasco, reclamaba a los socialistas que “no busquen fuera más responsabilidades”, porque estas son sólo del PSOE, y por parte del PP sólo se limitarán a “seguir investigando este asunto”.
Mientras, el coordinador regional de IU, Diego Valderas, indicaba que la dimisión de Velasco es un gesto que “no le exime de responsabilidades políticas” y que “desde la exquisita prudencia” van a exigir “máxima transparencia” ante las denuncias de “tráfico de influencias”.
Por su parte, secretario general del PSOE de Córdoba, Juan Pablo Durán, acusaba al PP de no tener “ni zorra idea” de para qué sirve un cargo público.