Ha hecho posible la elaboración de piezas como se hacía hace más de 300 años
La alfarería de Úbeda, declarada junto a la de otros cinco municipios jiennenses Bien de Interés Cultural (BIC) de Andalucía con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, está de enhorabuena por la recuperación de un horno árabe que ha hecho posible la elaboración de piezas como se hacía hace más de 300 años.
De la mano de la Fundación Factum, la alfarería de Úbeda da un salto exponencial con este proyecto que preserva la tradición ancestral pero aportando un enfoque contemporáneo, lo que abre grandes expectativas en este oficio milenario.
“El resultado del horno árabe es el de una maravillosa imperfección que se ve en la mayoría de las piezas, todas ellas con carácter y únicas”, señala a EFE Melchor Tito, que ahora gestiona junto a su padre el alfar familiar donde se ha recuperado un horno árabe que permanecía inutilizado desde hace más de tres lustros.
Melchor Tito, el mayor de la saga familiar, lleva toda su vida entre el barro y la arcilla, pero ahora admite que ha recobrado la ilusión por un oficio gracias a esta iniciativa en la que se han implicado las fundaciones Huerta de San Antonio y Factum.
En la primera cocción, llevada a cabo el pasado 29 de septiembre, aprovechando la luna llena del final del verano, se elaboraron de manera conjunta más de 5.000 piezas cerámicas en un proceso que se prolongó durante 36 horas con temperaturas por encima de los mil grados y consumiendo en su combustión 6.000 kilos de orujo (proveniente de los huesos de aceituna) y 4.000 de leña.
Melchor Tito explica desde el interior del horno que el combustible se va añadiendo poco a poco, y durante horas, en la parte inferior de la poza o caldera hasta que cada centímetro de la cámara superior, donde están las piezas, alcanza la temperatura adecuada, superior a los mil grados centígrados. Un trabajo que hay que hacer lenta y progresivamente para evitar que una subida brusca dañe irremediablemente el barro.
El proyecto ha alimentado grandes esperanzas para la alfarería de Úbeda. El británico Adam Lowe, fundador de la Fundación Factum, explica que se trata de “un proyecto mágico de transformación de materiales y del conocimiento de la familia Tito, algo con un gran valor patrimonial y una gran tradición que ahora traemos al presente”.
Factum trabaja en la catalogación de las piezas nacidas en el horno de Melchor Tito como paso previo a su exposición por diferentes foros de arte y ciudades del mundo.
El experto en patrimonio Marcelino Sánchez también valora el futuro alentador que se abre: “Este proyecto lo que hace es que innova yendo hacia atrás, trayendo al presente las técnicas, las formas, la manera de producir en el horno, y colocando en la contemporaneidad piezas únicas”.