Los Mossos d'Esquadra han detenido en Barcelona a un hombre por estafar cerca de 1.200.000 euros haciéndose pasar por inversor en animales de lujo y, paralelamente, por alquilar una vivienda que no era suya.
Según ha informado este miércoles la Policía de la Generalitat, el hombre, de 25 años y que utilizaba dos identidades distintas para cometer los delitos, fue detenido el pasado 29 de noviembre por los delitos de estafa y usurpación de estado civil.
Esta persona realizó dos tipos de estafa en la capital catalana, una en el distrito de Sarrià, donde se hacía pasar por inversor en animales de lujo, y otra en el distrito del Eixample, donde alquilaba de forma continuada un domicilio del que no era propietario.
En Sarrià, el estafador captó el interés de un hombre al que explicó que residía en Miami (EEUU) y que se dedicaba al negocio de compraventa de caballos purasangre y perros de lujo, y le propuso invertir en ese negocio.
La propuesta consistía en realizar una inversión que le devolvería con intereses al finalizar el mes en curso, y ambos pactaron una inversión inicial de 133.180 euros, con una ganancia en intereses de 34.052 euros en un corto período de tiempo.
Sin embargo, lo que parecía un negocio muy lucrativo, en realidad era una estafa que se desarrolló en distintas etapas.
Así, el retorno del dinero no se produjo nunca ya que a medida que iba pasando el tiempo la víctima empezó a reclamar las cantidades, pero el estafador se excusaba en que no podía hacer la transferencia desde sus cuentas en Estados Unidos.
Para poder recuperar el dinero, el estafador le propuso a la víctima un mecanismo de intermediación a través de determinadas casas de apuestas en las que debía hacer un pago previo de unas cuotas en concepto de comisión por operación.
Posteriormente, dado que los cobros no se acababan haciendo, dio la excusa de que debía cambiarse de empresa de apuestas por el surgimiento de distintas dificultades para enviar el dinero, lo que la víctima hizo en tres ocasiones.
Algunas de las tasas que le cobraban eran por verificación de usuario, verificación de tarjetas, certificación de cuentas, tasa por comunidad autónoma, tasa por retirada en efectivo y otras, y estas tasas se fueron alargando durante meses.
El estafador advertía de que los pagos de estas tasas debían realizarse en un plazo de menos de 24 horas para no perder todo el dinero invertido, indicando que ninguno de estos pagos era a fondo perdido sino que se sumaban al importe del préstamo inicial, que le sería devuelto con sus respectivos intereses.
Para hacer frente a estos pagos, la víctima tuvo que pedir dinero a su familia, amigos y préstamos personales.
Para dar credibilidad a su engaño, el estafador le mostraba correos electrónicos y conversaciones con presuntos gestores de entidades bancarias y personal de las casas de apuestas.
El detenido continuó presionando durante meses a su víctima para que realizara pagos urgentes, en menos de 24 horas, que eran imprescindibles para poder recuperar la totalidad del dinero del préstamo.
El denunciante dio todos sus ahorros para afrontar estos pagos, un total de 90.431 euros, y empezó a pedir también préstamos personales a familiares y amigos por un importe de 146.180 euros, sumando un total de 236.611 euros.
En una tercera fase, el autor de la estafa explicó que había tenido que cambiar de nuevo de casa de apuestas ya que volvía a haber problemas para realizar los cobros.
La víctima, entonces, tuvo que recurrir otra vez a su familia y amigos, solicitando múltiples préstamos personales para ir pagando las supuestas tasas, llegando a pagar 766.066 euros para hacer frente a las tasas de la nueva empresa.
Incluso para hacer frente a las deudas personales contraídas, tuvo que vender un piso de su propiedad.
Por otra parte, el estafador también cometió varias estafas de tipo inmobiliario a través de un portal de alquiler de viviendas en las que arrendó de forma reiterada un piso que no era de su propiedad pero del que disponía la llave para enseñarlo.
Cuando después de abonar una primera cantidad las víctimas se dirigían al domicilio, comprobaban que no era un inmueble que se encontrara de alquiler ya que residía su propietario, una persona diferente a aquella con la que habrían formalizado el falso alquiler.
Con esta metodología, el hombre consiguió estafar a 10 personas un total de 63.950 euros.
El detenido pasó a disposición judicial el pasado 1 de diciembre.
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