La ganadería vacuna emite 3,8 gigatoneladas de CO₂ al año, lo que comprende el 62 % de la emisión total de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de este sector a la atmósfera, según los datos publicados este viernes por la FAO, que ha utilizado por primera vez una nueva herramienta que evalúa los impactos ambientales del ganado.
En un informe presentado hoy en la COP28, que se celebra en Dubái, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima además que, para 2050, habrá crecido un 20 % la demanda de alimentos provenientes de animales terrestres, lo que, "sin intervenciones ni aumentos de productividad" podría elevar las emisiones hasta las 9,1 gigatoneladas de CO₂.
En 2015, las emisiones de sistemas agroalimentarios ganaderos alcanzaron las 6,2 gigatoneladas, lo que supuso el 12 % de la emisión de GEI de origen humano, y el 40 % de la emisión total proveniente de sistemas agroalimentarios, cifrada en 16 gigatoneladas.
Tras la vacuna, se sitúa la ganadería porcina, con el 14 % de las emisiones de GEI, seguida de la avícola (9 %), la relacionada con búfalos (8 %), y la de pequeños rumiantes (7 %), se detalla en el documento.
Por materias primas, la producción de carne representa dos tercios de las emisiones, leche 30 % y huevos el resto.
En general, explica la FAO, el metano supone "ligeramente más de la mitad del total" de las emisiones, y su distribución espacial sigue de cerca la ubicación de los rebaños de rumiantes, "cuyos sistemas digestivos producen metano a partir de una dieta de pastos que los seres humanos no pueden digerir".
En el caso de especies monogástricas, como cerdos y pollos, las emisiones proceden principalmente de "la producción de piensos y la gestión del estiércol".
Estos datos que se reflejan en el informe provienen del Modelo Mundial de Evaluación Ambiental de la Ganadería (GLEAM), una nueva herramienta impulsada por la FAO que "añade un valor significativo y oportunidades para apoyar mejores análisis de las vías de mitigación".
"La mejora de la salud animal, las prácticas de cría, la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos y la focalización directa de las emisiones de GEI tienen el potencial de proporcionar múltiples beneficios para las personas y el planeta", dijo la directora general adjunta de la FAO, María Helena Semedo.
El objetivo del informe es permitir que el sector ganadero "contribuya con su parte a los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados".
Para maximizar el potencial de mitigación, en el informe se apunta la importancia de "facilitar el acceso de los agricultores a los servicios e invertir en habilitar su capacidad para implementar intervenciones personalizadas".
Además, la FAO considera importante "adaptarse a las circunstancias locales e integrarse en programas más amplios que apoyen la resiliencia y los medios de vida rurales, así como otros objetivos de sostenibilidad".
Algunas soluciones de mitigación probadas, como la cría avanzada y las mezclas de piensos, "incluidos nuevos aditivos para piensos (...) pueden no ser adecuadas en todas partes debido a problemas de costo, seguridad y accesibilidad".
"No hay una solución universal y se necesita más trabajo para entender las barreras para implementar y ampliar estas intervenciones", sentencia la FAO.
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