La agencia de medición de riesgo Standard & Poor’s (S&P) ha
rebajado un escalón la calificación crediticia a largo plazo de Endesa desde el “BBB+” al “BBB” con perspectiva “estable”. Por su parte, la
calificación crediticia a corto plazo se mantiene en “A-2″, según un comunicado que ha enviado la energética a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este martes.
De esta forma, la agencia de calificación estadounidense considera que la energética española está
preparada para cumplir con sus obligaciones financieras, aunque está más sujeta a las condiciones adversas a largo plazo que a corto plazo.
No obstante, S&P considera a la compañía del sector de la energía apta para la inversión y por ende la recepción de
créditos para sus proyectos.
Endesa, participada en un 70% por el grupo italiano Enel, obtuvo
1.059 millones de euros en ganancias entre enero y septiembre, un 28% menos respecto a 2022 por la subida de tipos de interés y una mayor fiscalidad afectada por el gravamen temporal a las energéticas.
Se trata de un beneficio inferior si se compara con el previsto en el
plan estratégico de la compañía para 2022-2025, presentado el año pasado, en el que se estimaba que la compañía ganaría entre 1.400 y 1.500 millones de euros.
Por otro lado,
la deuda neta aumentó un 6% respecto al cierre de 2022, hasta los 11.600 millones de euros.