Un total de 49.413 muertes que deberían haber sido clasificadas como homicidios quedaron fuera de las cifras oficiales en Brasil entre 2011 y 2021, según un estudio publicado este martes por un organismo estatal.
El Atlas de la Violencia 2023 revela que en ese periodo de diez años se acumularon 126.382 muertes violentas en el país, lo que incluye tanto accidentes, como suicidios y homicidios, según el estudio elaborado por el Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea) con el apoyo del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP).
La investigación muestra que la media de "homicidios ocultos", aquellos con características de este crimen pero que no fueron clasificados como tales, es de 4.492 por año, lo que equivale "a la caída sin supervivientes de 150 Boeings 787 llenos de pasajeros en tragedias totalmente invisibilizadas".
Los investigadores responsables de la elaboración del Atlas de la Violencia alertan de que "en este escenario e elevada incertidumbre sobre intencionalidad de los fallecimientos, ignorar las muertes violentas por causa indeterminada puede influir negativamente diagnósticos y formulaciones de políticas públicas".
Los últimos datos disponibles del atlas señalan un aumento reciente de la violencia en la región norte de Brasil, con un crecimiento de homicidios del 34,9 % en Amazonas y 17,1 % en Amapá entre 2020 y 2021.
Del mismo modo, el Atlas de Violencia corrobora que las personas negras son las mayores víctimas de la violencia en Brasil, puesto que un 77 % de los homicidios corresponden a ellas.
De acuerdo con los datos de 2021, cuando se registraron 36.922 víctimas afrodescendientes, el riesgo de morir asesinado era 2,9 veces mayor que siendo blanco.
La violencia de género afecta de manera inquietante también a las mujeres negras, que en 2021 fueron el 67,4 % de las asesinadas.
Esto implica que es 1,8 veces más probable morir asesinada siendo una mujer negra.
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