En pleno debate sobre la necesidad de prohibir el uso del móvil en los centros educativos, que la ministra de Educación,
Pilar Alegría, no comparte porque dice que eso sería como "poner puertas al campo", aparece el libro de
Lorena Rivero Benítez, "Adictos al like", dirigido a los padres preocupados por el
mal uso de los dispositivos de sus hijos.
Esta ingeniera técnica de telecomunicaciones y profesora de tecnología en un instituto de
Canarias considera que los
16 años sería una buena edad para el uso de los móviles en los jóvenes, aunque sabe que
no es realista. "Poner una edad fija para tener dispositivos es muy complicado, porque hay que tener en cuenta muchos factores. Por eso creo que la mejor opción es introducirlos de forma progresiva".
"Al final ellos ya van a estar en contacto con los dispositivos en el colegio, viendo la televisión en casa... -añade-. Igual que como padres ponemos reglas adaptadas para otros temas, como hasta qué hora pueden salir de fiesta o cuándo se pueden ir de viaje con sus amigos, hay que hacer lo mismo con los dispositivos, de menos a más".
En su libro, Lorena menciona una
herramienta que utilizan algunos padres: "el acuerdo". A través de esta medida los padres y el niño en cuestión acuerdan que el niño pueda
usar el dispositivo durante un tiempo determinado al día, a la semana, e irá cambiando según el niño crezca.
También es importante
de qué forma se entrega un dispositivo móvil o tablet a un niño. Regalárselo con un significado útil o como una herramienta didáctica es muy diferente a dárselo como un regalo de comunión o de Reyes, porque el niño entiende que es suyo y que puede hacer con él lo que quiera.
Pero la realidad es que hasta ahora
no se han formado ni los padres, ni los docentes, ni el entorno de forma previa a darles los dispositivos. Y no se produce un buen uso. Los
profesores observan cómo los alumnos "llegan dormidos a clase, suspenden con asiduidad… se ve en el aspecto físico, están nerviosos, cansados. Incluso dejan de usar el móvil y se alteran. No pueden separarse de él", afirma Lorena Rivero.
Además, sin esa formación previa los jóvenes tienen que enfrentarse a los
peligros que acechan en los dispositivos. "Las redes sociales, los juegos de apuestas, la pornografía, diría que es lo más peligroso. También tienen mucho peligro los retos virales que hay en internet, y en los que muchos niños arriesgan su salud solo por la reacción que puede tener ese reto en las redes sociales".
La autora de "Adictos al like" recuerda que tuvo un
alumno de 12 años que subía una foto y su estado de ánimo dependía de quiénes y cuántos le daban like a su publicación. “Me reconoció que nada más subía una foto ya estaba pensando en la siguiente que iba a subir, pensando en la reacción de sus seguidores y los likes que iba a tener”.