Andalucía es una región con una gran riqueza gastronómica, fruto de su historia, su cultura y su diversidad. Su cocina es famosa por sus platos salados, como el gazpacho, el salmorejo, el pescaíto frito o el jamón ibérico, pero también por sus dulces, que son una delicia para el paladar. Sobre todo en Navidad, cuando las familias andaluzas se reúnen alrededor de la mesa y disfrutan de una variedad de postres tradicionales, que se elaboran con ingredientes de calidad y siguiendo recetas ancestrales. Estos son los 10 dulces típicos navideños andaluces que no puedes perderte si visitas esta región durante las fiestas.
Roscón de Reyes: Es el dulce por excelencia del día 6 de enero, cuando se celebra la llegada de los Reyes Magos. Se trata de un bizcocho circular, adornado con frutas escarchadas, que puede rellenarse de nata, crema, chocolate o trufa. En su interior se esconden una figurita y un haba, que determinan la suerte de quien las encuentra. El roscón de Reyes tiene su origen en una tradición romana, que consistía en celebrar el solsticio de invierno con un pastel redondo con frutos secos, en el que se introducía un haba como símbolo de prosperidad. Con el tiempo, el pastel se fue adaptando a la cultura cristiana, y se le añadieron la figurita del Niño Jesús y las frutas escarchadas, que representan las joyas de la corona de los Reyes Magos.
Turrón: Es uno de los dulces más antiguos y populares de la Navidad, cuyo origen se remonta a la época árabe. Se elabora con almendras tostadas y miel, y puede ser duro o blando, según la textura. También hay otras variedades, como el de chocolate, el de yema, el de coco o el de frutas. El turrón se introdujo en España por los musulmanes, que lo trajeron de Oriente Medio, donde se conocía como halva. Su nombre proviene del árabe turun, que significa masa dulce. El turrón se extendió por toda la península ibérica, pero fue en Alicante y Jijona donde se consolidó su producción y se le dio la forma y el sabor que conocemos hoy en día.
Mantecados: Son unos dulces de forma cuadrada, hechos con harina, manteca de cerdo y azúcar. Se dice que su origen está en Antequera o en Estepa, donde se producen desde el siglo XVI. Se pueden aromatizar con canela, limón, chocolate o almendra. Los mantecados surgieron como una forma de aprovechar la manteca de cerdo que se obtenía de la matanza del cerdo, que se realizaba en invierno. Su nombre deriva de la palabra manteca, que es el ingrediente principal. Los mantecados se popularizaron por toda Andalucía, y se convirtieron en un símbolo de la Navidad andaluza.
Polvorones: Son una variedad de mantecados, de forma redonda, que se caracterizan por tener más harina y una almendra entera en el centro. Se deshacen en la boca al comerlos, y se envuelven individualmente en papel de colores. Son típicos de Sanlúcar de Barrameda y de Fondón. Los polvorones se originaron como una adaptación de los mantecados, que se hacían más secos y compactos para que se conservaran mejor. Su nombre proviene de la palabra polvo, que hace referencia a su textura y a su aspecto.
Alfajores: Son unos dulces de origen árabe, que consisten en una pasta compacta de almendras, nueces, miel y especias, que se puede rellenar con cabello de ángel o con una masa de miel. Se cortan en porciones y se espolvorean con azúcar glas. Los alfajores se remontan al siglo X, cuando los árabes los introdujeron en España. Su nombre proviene del árabe al-fakher, que significa lo más selecto o lo más exquisito. Los alfajores se elaboran en varias zonas de Andalucía, pero son especialmente famosos los de Medina Sidonia, en Cádiz, que tienen una denominación de origen protegida.
Roscos de vino: Son unas rosquillas de masa frita, que se bañan en vino dulce y se rebozan en azúcar. Son muy típicos de Monda, en Granada, aunque se pueden encontrar en otras zonas de Andalucía. Se suelen consumir en el desayuno o la merienda. Los roscos de vino tienen su origen en la época medieval, cuando se hacían con masa de pan sobrante, a la que se le añadía vino y especias. Su forma circular simboliza la unión y la eternidad. Los roscos de vino son un dulce muy sencillo, pero muy sabroso y aromático.
Turrolate: Es un dulce típico de Rute y Priego, en Córdoba, que se parece al turrón, pero tiene una textura más blanda y cremosa. Se elabora con almendras, azúcar, canela y clavo, y se presenta en forma de barra o de bola. El turrolate se creó como una alternativa al turrón, que se hacía más suave y fácil de comer. Su nombre proviene de la unión de las palabras turrón y chocolate, aunque no lleva chocolate entre sus ingredientes. El turrolate es un dulce muy apreciado en Córdoba, y se suele regalar en Navidad.
Almendra rellena: Es un dulce que se hace con obleas finas, que se rellenan con una crema de avellana, almendra y chocolate. Se originó en Estepa, donde se producen junto con los mantecados y los polvorones. Son muy crujientes y sabrosos. La almendra rellena es un dulce que se inventó en el siglo XX, como una forma de innovar y diversificar la producción de dulces navideños. Su nombre se debe a que la crema que lleva en su interior tiene un alto porcentaje de almendra. La almendra rellena es un dulce que combina la tradición y la modernidad.
Yemas dulces de huevo: Son unos dulces cremosos y suaves, hechos con yemas de huevo y azúcar. Son típicos de Ronda, en Málaga, donde se les llama yemas de tajo. Se suelen servir en papel de plata o en cajitas de madera. Las yemas dulces de huevo tienen su origen en los conventos, donde se elaboraban con las yemas que sobraban de hacer los merengues o las claras de nieve. Su nombre se debe a que se cortan con un cuchillo o un tajo. Las yemas dulces de huevo son un dulce muy delicado y refinado.
Almendra garrapiñada: Son almendras crudas, que se recubren con un caramelo de azúcar. Se pueden encontrar en toda Andalucía, pero son especialmente famosas las de Málaga, donde se cultivan las almendras. Son muy crujientes y dulces. La almendra garrapiñada es un dulce que se remonta a la época árabe, cuando se hacían con miel en lugar de azúcar. Su nombre proviene del francés grappin, que significa garfio, y hace referencia a la forma que adquiere el caramelo alrededor de la almendra. La almendra garrapiñada es un dulce que se puede consumir durante todo el año, pero que se asocia especialmente a la Navidad.
Estos son solo algunos de los dulces típicos navideños andaluces que puedes degustar si viajas a esta región durante las fiestas. Hay muchos más, como el mazapán, las piñonadas, los papajotes o los palillos de naranja, que también merecen una mención.
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