Ha respaldado por primera vez públicamente esa figura que está recogida en el acuerdo de investidura entre el PSOE y el partido del expresidente Puigdemont
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defiende la figura del verificador internacional para el cumplimiento del acuerdo con Junts porque cree que puede ayudar debido a que sus firmantes tienen posiciones muy alejadas y hay mucha desconfianza mutua.
Sánchez ha respaldado por primera vez públicamente esa figura que está recogida en el acuerdo de investidura entre el PSOE y el partido del expresidente Carles Puigdemont, en una conversación informal con los periodistas que cubren su gira por Israel, Palestina y Egipto.
Frente a la posibilidad de que le preocupe que el pacto con Puigdemont y decisiones como la verificación puedan distorsionar la legislatura, es cuando considera que esa figura puede ayudar al entendimiento.
En los próximos días está previsto que se reúnan en Suiza el PSOE y Junts con la presencia de ese verificador internacional que pactaron y por ahora sólo se sabe que en nombre de los socialistas acudirá su secretario de Organización, Santos Cerdán.
Es lo que ha ratificado Sánchez aunque sin concretar quienes le acompañarán, ya que ha dicho que es una cuestión que aún tienen que decidir.
Pero ha descartado de forma tajante su presencia y ha asegurado que, frente a algunos rumores, tampoco estará el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
Ha hecho hincapié en que los acuerdos a los que ha llegado el PSOE son públicos y ha recalcado que lo que puede garantizar es que el Gobierno y su partido van a cumplir con la Constitución, momento que ha aprovechado para desear que el PP hiciera lo propio desbloqueando la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
No cree que la amnistía vaya a desgastar al Gobierno porque recalca que quedan cuatro años hasta las próximas elecciones generales y va a ocurrir lo mismo que con los indultos a los líderes del procés, que afirma que ya nadie se los reprocha aunque alguien pueda no estar de acuerdo con ellos.
E insiste en que una de sus principales obligaciones es intentar consolidar la normalidad política en Cataluña, algo que considera muy relevante para la política española.
Opina el presidente del Gobierno que, al final, todos los partidos se van a ver beneficiados por esa normalidad a la que contribuirá la amnistía, incluso los que están en contra de la decisión.
Al preguntarle si con ello alude a la posibilidad de que el PP pretenda pactar algún día con Junts, recuerda que ya lo ha intentado.
Pero reitera que mientras que el PSOE lo hizo públicamente a través de su secretario de Organización y se conoce todo lo pactado, no se sabe quién del PP se reunió con el partido de Puigdemont, dónde y qué le ofreció.
No le preocupa el rechazo que la amnistía genera en sectores de la judicatura y considera que la presentación de la proposición de ley en el Congreso ha dejado las cosas claras y no ha escuchado dudas sobre su constitucionalidad.
Respecto a los intentos del PP de implicar en este asunto a Bruselas, recordó que el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, subrayó esta semana ante el pleno de la Eurocámara que se trata de una cuestión interna.
Además, garantiza que el Gobierno va a aportar a la Comisión toda la información que pudiera pedirle sobre este asunto y lamenta que el PP prosiga con una estrategia de exportar debates internos para desprestigiar ya no al Ejecutivo, sino al país.
Sánchez reitera la necesidad de aspirar a resolver la crisis en Cataluña y se muestra convencido de que todo lo que se ha hecho ha sido reconocido por la ciudadanía y así va a seguir siendo.
Frente a quienes auguraban que su política con Cataluña iba a penalizar electoralmente al PSOE, ha contrapuesto el resultado en las urnas al haber conseguido un millón más de votos el 23 de julio.
Para el presidente del Gobierno, las posiciones de unos y otros partidos demuestran que sólo en el Ejecutivo hay un proyecto para España y para Cataluña.