El CIS tiene una lista de espera de hasta treinta internos

Publicado: 14/12/2008
El Centro de Inserción Social (CIS) registra listas de espera de hasta treinta internos de Puerto II, centro penitenciario del que dependen estas instalaciones de tercer grado. Su director, Carlos Garófano, señala que “más no podemos tener” porque “el edificio se quedó pequeño prácticamente desde que lo inauguraron”.
 Para satisfacer la demanda de más espacio, Instituciones Penitenciarias se encuentra en negociaciones con el Ayuntamiento para iniciar los trámites de compra o cesión de la parcela anexa. La idea es ampliar el centro con esta nueva superficie hasta llegar a albergar algo más de trescientos presos, evitando así la saturación que sufren las instalaciones desde sus inicios, cuya capacidad no sobrepasaba los sesenta reos.   Una “masificación” que responde al incremento de la población reclusa. La tipología de internos que reside allí es diferente. Por un lado, los que salen a las siete de la mañana a trabajar y regresan a las once de la noche como muy tarde. Muchos de éstos se acogen al Programa SAL (Servicio de Acompañamiento Laboral). Muchas empresas demandan personal para desempeñar un determinado oficio. Acceder al mercado laboral supone un paso adelante en la reinserción social y laboral, a las puertas de conseguir la libertad condicional.
Por otro lado se encuentran los internos de control telemático, un total de setenta y seis. Están localizados por una pulsera difícil de manipular por el propio interno. El dispositivo emite una señal a un sistema electrónico conectado con Madrid y el mismo centro penitenciario. Dicho sistema se activa en el teléfono del domicilio de la persona y comprende un determinado radio de acción, de manera que se pueden contabilizar las horas que el interno pasa fuera de casa. Garófano dice que no hay que confundir los presos con alta telemática, con los controlados por sistema GPS, “que son un verdadero factor de riesgo”, como el caso del individuo que mató a su  ex pareja sentimental en A Lama tras quitarse la pulsera. El director del CIS destaca que no albergan ningún interno de esas características.
En otro ordden de coas, el asesinato de A Lama hace escasas semanas por un interno que burló el sistema de televigilancia rompiendo la pulsera que llevaba ha provocado las primeras respuestas de sindicatos de prisiones sobre cómo actuar con este tipo de internos. Acaip denuncia que un fallo técnico hizo saltar la alarma media hora después de que el preso se deshiciera de la pulsera. El sindicato teme que con la futura ampliación del CIS la situación se desborde con el incremento de reos con alta telemática. El director no habla del fenómeno de masificación en estos momentos porque no todos los internos se encuentran allí en régimen cerrado. Comenzaron en 2004 con 417 y actualmente hay registrados 1.834 en España. Acaip expone que los funcionarios han venido denunciando en múltiples escritos que los “equipos informáticos no han funcionado bien en ningún momento” y que a día de hoy el personal sigue sufriendo sus incidencias. Entre los fallos continuados, el sindicato cita que “la comunicación se corta continuamente y los ordenadores se quedan colgados” impidiendo así la adecuada labor de los trabajadores. En este sentido, hablan de una “carencia de personal evidente” que pueda asumir las tareas de vigilancia con la formación adecuada.
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