Telefónica se prepara para festejar su centenario en 2024 con eventos de gran magnitud en el estadio Santiago Bernabéu, enfocándose en una celebración monumental, como es intención de su presidente, José María Álvarez-Pallete. La compañía, que ha jugado un papel clave en la modernización del estadio, ya está gestionando los permisos necesarios para realizar sus actos más destacados en este lugar histórico.
Paralelamente, Telefónica ha anunciado un aumento en los precios de Movistar que empezará a aplicarse a partir del 15 de enero de 2024. Este incremento afectará principalmente a las tarifas de fibra y móvil, incluyendo un aumento de dos euros en las tarifas miMovistar Max y miMovistar Ilimitado, y de tres euros en las tarifas familiares con varias líneas móviles ilimitadas 5G. Aunque la empresa justifica este aumento por la necesidad de "garantizar un servicio de mayor calidad y cobertura", la medida va a generar entre los consumidores, especialmente en un contexto de inflación creciente.
NUEVO RECORTE DE PLANTILLA
Además, Telefónica se prepara para implementar un importante plan de salidas incentivadas, que podría afectar a un máximo de 5.000 trabajadores. Esta iniciativa, en negociación con los sindicatos, se estima que atraerá finalmente entre 2.500 y 3.000 empleados, según fuentes cercanas a la situación informadas a Europa Press. Esta cifra sería similar a la registrada en 2021, cuando la empresa llevó a cabo una acción similar.
El plan no solo se centrará en el personal general, sino que también incluirá un programa específico de bajas voluntarias para el área corporativa. Este segmento abarcará empleados cercanos al equipo del presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, así como directivos de filiales, entre otros. Se enfoca en adelgazar un equipo directivo considerado sobredimensionado. El ajuste en el área corporativa, que podría impactar a al menos 300 personas, incluirá a directivos, gerentes y gestores.
Y es que Telefónica ha recortado a la mitad de su plantilla en los últimos nueve años. Un total de 15.000 empleos se han evaporado desde 2016, cuando el actual presidente, José María Álvarez-Pallete, tomó las riendas de la empresa.
El viaje de la corporación a través de este riguroso proceso de adelgazamiento ha sido marcado por la implementación repetida de Planes de Suspensión Individual (PSI). A lo largo de casi una década, estos planes han sido una constante, materializándose regularmente cada dos años.
LA POLÉMICA SAUDÍ
Y todo esto ocurre mientras los saudíes preparan su desembarco en Telefónica. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha confirmado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su interés en adquirir una participación en Telefónica. Actualmente, la SEPI está realizando un "análisis exploratorio interno" sobre esta potencial adquisición, aunque aún no ha tomado una decisión definitiva ni ha especificado el porcentaje de participación que considera.
Esta noticia llega en un momento en que Telefónica se encuentra en el centro de varias operaciones estratégicas. La portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez, ha reiterado el carácter estratégico de Telefónica para España, tanto en el ámbito de las telecomunicaciones como en el de la defensa, pero ha evitado comentar sobre la posible entrada de la SEPI en el capital social de la operadora.
Por otro lado, la Saudi Telecom Company Group (STC) ve su posible entrada en Telefónica, con la compra de un 9,9% de su accionariado, como un paso importante en su "ambiciosa estrategia de expansión y crecimiento sostenible". Según Olayan Alwetaid, consejero delegado de STC, esta inversión refleja la confianza en el potencial de Telefónica y busca fortalecer la cooperación entre ambas compañías.
Telefónica, reconocida como una de las mayores empresas de telecomunicaciones del mundo, se presenta como un activo atractivo para inversores internacionales. STC, tras reportar sus mejores ingresos históricos para un trimestre, considera a Telefónica una inversión alineada con su estrategia de crecimiento, destacando la cartera de la compañía española en infraestructuras e innovadoras plataformas de tecnología.
La adquisición de acciones de Telefónica por parte de STC, que la convertiría en principal accionista de la española, está pendiente de la autorización del Ministerio de Defensa español. Esta autorización es crucial, dado que Telefónica maneja "infraestructuras críticas" relacionadas con la seguridad nacional.
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