El presidente de Navantia, Aurelio Martínez, participó ayer en una jornada técnica organizada por la Cámara de Comercio de Cádiz y la propia compañía pública de construcción naval, que tuvo por objeto poner sobre la mesa de manera clara y directa, ante la clase política y económica de la Bahía de Cádiz, los retos de futuro de la compañía y las alternativas que tiene de cara a los mercados tanto nacional como internacional en la construcción naval.
Una de esas alternativas tiene que ver con el desarrollo de plataformas eólicas marinas que bajo el paraguas del desarrollo del Plan Nacional de Energías Renovables 2010-2020 podría suponer la construcción de unas 250 de esas plataformas para ubicarlas en parques marinos en la Bahía de Cádiz.
“Probablemente la mitad de todas las instalaciones Offshore que se puedan instalar dentro de ese plan nacional se hará en el entorno de la Bahía de Cádiz, por sus vientos. Si nos dejaran hacer la mitad de las estructuras, porque las dimensiones del Golfo de Cádiz para instalar plataformas eólicas es bastante importante, implicaría hacer unas 250 plataformas. Haciendo no más de 12 al año, y no hay otra alternativa para hacer esas estructuras tan grandes en serie. Eso implicaría unos 15 años de vida para el astillero de la Bahía.
Para Martínez “hacer esas estructuras en Cádiz tiene ventajas comparativas con otros mercados. A lo mejor el acero es más caro aquí que en China, pero traer la plataforma desde China aqui eso es para nota. La ventaja de hacerlo aqui es que lo sacas a la Bahía y lo anclas. Son ventajas comparativas por la distancia, no con el coste”.
estudiando la idea
El máximo responsable de Navantia añadió que se trata de una iniciativa que se está estudiando detenidamente, que la idea de hacer prototipos offshore es altamente viable para Navantia y que necesitaría la autorización de la Junta de Andalucía para delimitar una zona en el Golfo de Cádiz, que es uno de los lugares que el Plan Nacional de Energías Renovables establece para ubicar los parques eólicos marinos, junto a la zona norte del país y Tarragona, para hacer pruebas de cara a comprobar su viabilidad.
“Por qué no hacemos un esfuerzo por ser competitivos en este sector que nos garantizaría la viabilidad de los astilleros del sur en los próximos 15 años. No digo que lo hagamos, digo que lo pensemos, porque a lo mejor resulta que es una iniciativa razonable. No podemos renunciar, con la que está cayendo a cualquier posible vía de actualidad”, dijo el presidente de Navantia.
De hecho, este mes está prevista una reunión entre representantes de la Junta de Andalucía y Navantia para “hablar” del futuro de los parques eólicos marinos en la costa de Cádiz.
Por su parte, el presidente de la Diputación de Cádiz, Francisco González Cabaña, también participó en la presentación de las jornadas técnicas asegurando que “la cifra de empleo que generan los astilleros es fundamental para la provincia y para la Bahía de Cádiz”.
Cabaña recordó que “hace un año tuve la oportunidad de visitar los astilleros de Puerto Real. Era un día para la esperanza, porque ese mismo día inauguramos la planta de Gadir Solar y poníamos la primera piedra de la factoría de Alestis. Después del cierre de Delphi, la Bahía necesitaba revulsivos industriales, y esa fórmula que se demandaba de empleo más innovación ya la llevaba haciendo Navantia desde hace años”.
En cuanto al futuro de los astilleros gaditanos, Aurelio Martínez ha calificado de “gran noticia” que el Ministerio de Defensa lleve a cabo el encargo de cuatro nuevos Buques de Acción Marítima (BAM), lo que supondrá “tres millones de horas de trabajo” para los astilleros en la Bahía de Cádiz.
Sobre ese encargo, el presidente de Navantia ha señalado que “merece la pena” destacar el “esfuerzo” que supone este encargo “en este contexto” de crisis económica y ha destacado que el sector naval tiene “una enorme capacidad de arrastre" en la generación de empleo.
dinero para el primer año
Los trabajos para la realización de este encargo, que comenzará con una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado del PSOE para dar a este proyecto unos 36 millones de euros, podrían empezar en el 2012, una vez que Defensa determine si los nuevos BAM necesitan algún cambio de ingeniería.
Martínez señaló que “la idea es que tres de los cuatro barcos sean similares a los que ya se están haciendo, pero si hay que hacer modificaciones, toda la ingeniería hay que hacerla nueva por eso, con todos los trámites que hay que hacer y con la ingeniería nueva, los barcos no llegarán al astillero antes de 2012”.
El presidente de Navantia ha apuntado que la empresa tiene “39 acciones comerciales vigentes en veinte países como Australia y Venezuela (las dos más factibles), además de Malasia, Vietnam, Argelia, Brasil o Panamá, y de los que 18 proyectos, de trece países, serían para los astilleros de la Bahía de Cádiz. Navantia también lleva “por buen camino” un contrato estable para las pequeñas reparaciones de los buques de la VI Flota de Estados Unidos, que ya hizo un encargo este verano en los astilleros gaditanos por el recibió una carta de felicitación.
“Debemos potenciar FABA y garantizar los ciclos de vida”
El presidente de Navantia, Aurelio Martínez, tiene muy claro donde está el futuro de Navantia y cuales son los medios que hay que poner para alcanzarlo y algunas de esas claves las dejó caer ayer en el encuentro que tuvo con empresarios de la provincia de Cádiz, entre los que había empresas del sector auxiliar que trabajan con Navantia.
En primer lugar, dejó claro que “somos una empresa cara porque tenemos un alto contenido tecnológico en nuestros productos y además hacemos los trajes a medida. Cada Armada nos pide su propio barco, por lo tanto tenemos plazos de producción considerables desde el diseño hasta que lo entregamos”. Por lo tanto “debemos ser capaces de poder integrar cualquier sistema que nos pida el cliente. Podemos ofrecerle el nuestro y decirle hasta donde podemos llegar, pero también debemos estar en condiciones de ofrecer e integrar cualquier sistema que esté en el mercado y que el cliente pueda querer, y la clave de todo esto es garantizar que el mantenimiento del ciclo de vida de los barcos lo haremos nosotros”.
Martínez señaló que “debemos firmar contratos que impliquen el mantenimiento del ciclo de vida de los barcos. Eso es fundamental, y ese es el futuro. Si se construyen pocos barcos, que al menos podamos encarganos de mantener su ciclo de vida, con eso mantenemos nuestro nivel tecnológico, empleo y actividad”.
Otra de las opciones que maneja Navantia en ese reto de futuro que se plantea es “potenciar FABA de manera que tengamos la capacidad suficiente para integrar cualquier tipo de sistema, debemos apostar por la internacionalización y la exportación”
En ese sentido, señaló que el porcentaje de exportación de Navantia en el mundo asciende al 18 por ciento del total, lo que la sitúa en el tercer país de mundo, y la media de España en los últimos cinco años en exportaciones lo sitúa en el quinto país del mundo.
Así, Martínez señaló que los mercados potenciales en los que Navantia puede realizar sus acciones comerciales con posibilidades son Qatar, Kuwait, Omar, Singapur, Arabia Saudí, Corea, Angola, Israel, Venezuela Marruecos o Colombia, que son aquellas economías que manejan petroleo. Y dentro de los países con finanzas solventes que pueden contratar barcos está China, Corea, Brasil, e India.
Martínez ha explicado que las posibilidades de negocio con China son “complicadas” porque más que el proceso de construcción en sí, a este país le interesa la “transferencia de tecnología y “nosotros no estamos dispuestos a ofertar sólo trasferencia tecnológica porque supondría acabar perder un hipotético mercado”. En cuanto a Venezuela, valoró la reciente visita del alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, a Venezuela para intentar apoyar nuevos encargos de este país, asegurando que “cualquier ayuda siempre es buena”, añadiendo que en la actualidad Navantia se siente apoyada a nivel gubernamental en la búsqueda de su actividad comercial de construcción de buques militares, un sector que no se mueve en concursos públicos y en el que cerrar un negocio tiene “componentes específicos”.