Apenas el 30 % es capaz de afrontar emergencias económicas, mientras que el 40 % encara dificultades para ahorrar a corto plazo
Menos de la mitad de los jóvenes españoles (42 %) consideran que pueden cubrir de manera adecuada sus gastos básicos (alimentación, vivienda, transporte o energía) y apenas el 30 % es capaz de afrontar emergencias económicas, mientras que el 40 % encara dificultades para ahorrar a corto plazo.
Son algunas de las conclusiones del estudio "La juventud mediterránea frente a los desafíos de la crisis permanente", elaborado por EsadeEcPol y Friedrich Naumann Foundation entre jóvenes de 18 a 34 años que, pese a dibujar una situación "bastante precaria" de los jóvenes españoles, los sitúa en una posición ventajosa respecto al resto de países mediterráneos en los que se ha realizado la encuesta (Italia, Portugal, Líbano, Marruecos, Túnez y Jordania).
Según el estudio, la situación de la juventud española es aún más complicada en lo que respecta al ahorro a largo término, ya que casi la mitad de los jóvenes españoles reconoce no tener capacidad de ahorro en esta dimensión, mientras que solamente un 24% sí cree tener capacidad para hacerlo.
Los investigadores subrayan que las malas perspectivas de emancipación actúan como factor determinante en el estado negativo percibido por los jóvenes. En España una mayoría se independiza alrededor de los 28 años, si bien es "preocupante" que el progreso en la emancipación es lento para las edades más mayores: a los 30 años, más de un 30 % aún no se ha independizado y a los 35, el 20 % aún vive con sus padres.
La falta de ingresos propios es un factor de importancia alta o muy alta para no emanciparse según el 66 % de los jóvenes españoles, pero también la poca capacidad de ahorro, y la situación de estudios (relevante para el 22,3 %). Sin embargo, la elección personal o familiar solo parece ser determinante en el 15,9 % de los jóvenes.
Dentro de los factores, añade el estudio, la obtención de una vivienda es especialmente significativo por las limitaciones tanto familiares como de contexto económico, y subraya que el alquiler es la forma más frecuente de vivienda en España (31 %) y que de la minoría que sí tiene vivienda en propiedad, casi un 65 % la consiguió con ayuda de algún familiar.
España tiene la edad de compra de vivienda más alta de los países analizados: 25,3 años, frente al Líbano que tiene la más baja, 23,2.
El estudio remarca que la falta de capacidad de ahorros parece vincular la no emancipación con la incapacidad para la compra de vivienda, especialmente en los países europeos: alrededor de 6 de cada 10 jóvenes no independizados en España, Italia o Portugal le da a este factor una importancia alta o muy alta para permanecer en la residencia familiar.
Pese a las perspectivas presentes negativas que revela la encuesta, los investigadores hacen hincapié en que los jóvenes españoles tienen "buenas perspectivas" en un plazo de cinco años: el 62 % creen que su capacidad de gasto será buena o muy buena y sólo el 11 % considera que es poco o nada probable que pueda comprar una vivienda en la próxima década.