Cuando los sindicatos convoquen una protesta de cualquier tipo y aporten la información precisa a los trabajadores, asalariados y autónomos; cuando la jornada de huelga comience con la normalidad de acudir o no al trabajo, en función de lo que decida cada uno; cuando los resultados se contabilicen desde la decisión libremente asumida, una huelga, cualquier huelga, tendrá razón de ser y legitimidad.
Pero mientras existan los anacrónicos piquetes informativos y “convencitivos”, coercitivos sin el más mínimo disimulo, lo ocurrido este 29 de septiembre de 2010 y cuantas veces ocurra dentro de esas premisas, no será más que un ejercicio de cinismo sindical y lo que es peor, una muestra de algo que usado tanto por la izquierda como por la derecha a lo largo de la historia tiene un nombre muy poco edificante.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es