"Cuerpos blindados y de ingeniería de las Fuerzas de Defensa de Israel operaron para mapear edificios y neutralizar artefactos explosivos", indicó un portavoz
El Ejército de Israel mantiene su ofensiva en la Franja de Gaza pese a los llamamientos internacionales por un alto el fuego humanitario en la guerra contra el grupo islamista Hamás, y este sábado informó de que ya incursionó en el sur del enclave palestino, donde se aglutinan unos 1,5 millones de civiles desplazados.
"Durante la noche (del viernes), en una incursión selectiva en el sur de la Franja de Gaza, cuerpos blindados y de ingeniería de las Fuerzas de Defensa de Israel operaron para mapear edificios y neutralizar artefactos explosivos", indicó un portavoz del Ejército.
En esa operación, los soldados "encontraron una célula terrorista que salía de un túnel, y en respuesta, las tropas dispararon proyectiles contra los terroristas y los mataron", añadió.
Inmediatamente después del ataque que perpetró Hamás contra Israel el 7 de octubre, que dejó más de 1.400 muertos y marcó el inicio de la guerra, el Ejército israelí ha bombardeado sin tregua el enclave palestino, donde ya suman más de 9.250 los muertos, la mayoría niños y mujeres.
Además, el 27 de octubre inició una incursión por tierra que ya avanzó hasta la ciudad de Gaza, principal urbe de la Franja.
Desde el inicio de la escalada y argumentando motivos de seguridad, Israel ordenó a los civiles que habitan en el norte del estrecho enclave evacuar hacia el sur, provocando el desplazamiento de unos 1,5 millones de gazatíes -más de la mitad de la población total- en medio de una grave escasez de combustible.
Sin embargo, las fuerzas israelíes han seguido bombardeando la parte meridional de la Franja, donde las condiciones de vida para los gazatíes son cada vez más críticas por el hacinamiento, el colapso de los hospitales y la escasez de agua potable, alimento, medicinas y electricidad.
De su lado, Hamás y otras milicias palestinas no han cesado de lanzar cohetes hacia Israel, haciendo sonar las sirenas incluso en Tel Aviv y Jerusalén, aunque la mayoría de los proyectiles son interceptados por los sistemas de defensa aérea.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, viajó el viernes a Israel por tercera vez desde que estalló la guerra para abogar por un alto el fuego temporal que permita el rescate de los 241 rehenes que Hamás tomó en su ataque, así como la evacuación de heridos palestinos hacia Egipto y el envío de más ayuda humanitaria a los civiles en Gaza.
La visita ocurrió en medio de una creciente presión internacional por una tregua humanitaria, defendida por la ONU, la Unión Europea, Canadá y países árabes.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que sus tropas continuarán la ofensiva y recalcó que "Israel se niega a una tregua temporal que no incluya la liberación de los rehenes".