Normalmente en los controles que se realizan durante la mañana apenas se suelen registrar positivos, pero sirven para recordar las consecuencias que acarrea el conducir bajo los efectos del alcohol: “Las multas oscilan entre los 310 y los 450 euros, al menos tres meses de retirada del carné y entre 4 y 6 puntos; y si la tasa de alcohol por aire expirado es superior a 0,60 mm, se hace directamente un atestado por un presunto delito contra la seguridad vial”, explica el portavoz de la Policía Local de Estepona, Rafael Alijas. Y es que tan sólo con unas cervezas se puede dar positivo en estos controles, en los que los agente se encuentran excusas de todas clases. “Los hay que se muestran colaboradores, otros que te dan muchos problemas y otros que acaban llorando, pero casi todos tienen alguna excusa para haber bebido” , explica Alijas.
Por su parte los conductores tienen claro que cada vez son menos los que conducen habiendo bebido, sobre todo, por temor a perder los puntos: “Antes era sólo la multa pero ahora además te retiran el permiso una temporada y te quitan los puntos, que es lo peor”, explica un conductor.
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