La industria del aceite de oliva en Córdoba y Jaén enfrenta un duro golpe este año con una reducción de la cosecha de aceitunas mucho mayor de lo esperado. Según informes de Olimerca, Córdoba ha visto una disminución de 143.000 toneladas en comparación con el año anterior, lo que Miguel Cobos, secretario general de UPA Córdoba, describe como "la segunda peor cosecha de aceite de oliva del siglo". Esta situación podría traducirse en "pérdidas millonarias" para la región.
A pesar de los altos precios al consumidor, los agricultores luchan contra un incremento del 150% en los costos de producción. Cobos enfatiza que la realidad del sector contradice la percepción de prosperidad que podría sugerir el precio final del producto.
La crisis se acentúa con la "escasa disponibilidad de aceitunas" en más de 300.000 hectáreas de olivar tradicional de secano, lo que empeorará aún más la producción. El cambio climático y la falta de agua se identifican como los principales culpables de esta situación, llevando a UPA Córdoba a reclamar una revisión del Plan Hidrológico del Guadalquivir en busca de medidas que favorezcan al olivar tradicional.
En Jaén, la UGT Fica advierte de una posible pérdida de hasta 2,2 millones de jornales. Domingo Ocaña subraya la gravedad de la situación al compararla con los 2,3 millones de jornales perdidos el año pasado, afectando tanto a trabajadores del campo como a los de las almazaras. La continuidad de esta tendencia pone en riesgo no solo la estabilidad laboral sino también la sostenibilidad económica de una región profundamente arraigada a la cultura del olivo.
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