No es un mito, el cambio de tiempo sí afecta: cómo afrontar la brusca llegada del otoño

Publicado: 18/10/2023
Con casi un mes de retraso pero ya está aquí el otoño. Los problemas de salud por cambio de estación tienen un nombre: trastorno afectivo estacional (TAE)
El otoño es una estación de transición que nos prepara para el invierno, pero también puede ser una fuente de problemas para nuestra salud física y mental. La reducción de las horas de luz, el descenso de las temperaturas, la variabilidad del clima y la vuelta a la rutina pueden provocarnos falta de energía, tristeza, problemas de sueño y otros efectos negativos. Sin embargo, no todo está perdido. El otoño también tiene sus aspectos positivos, como un paisaje espectacular, una oportunidad para renovarse y una estación llena de actividades culturales.

¿Por qué nos sentimos más cansados y deprimidos en otoño?

Uno de los principales factores que influyen en nuestro estado físico y mental es la luz solar. La luz solar es esencial para regular nuestro reloj biológico, que es el sistema que controla nuestros ciclos de sueño y vigilia, así como la producción de hormonas que afectan a nuestro humor y a nuestro metabolismo. La luz solar estimula la producción de serotonina, la hormona que nos hace sentir felices y motivados, y reduce la producción de melatonina, la hormona que nos induce al sueño cuando hay oscuridad. 

En otoño, las horas de luz se reducen considerablemente, lo que hace que nuestro cuerpo produzca más melatonina y menos serotonina. Esto nos provoca somnolencia, apatía, pereza y tristeza. Además, al haber menos luz, nuestro cuerpo también produce menos vitamina D, que es importante para fortalecer nuestro sistema inmunológico y prevenir enfermedades como la osteoporosis o la depresión.

Otro factor que afecta a nuestro estado físico y mental es el clima. El otoño se caracteriza por ser una estación variable e inestable, en la que pueden alternarse días soleados con días lluviosos, fríos o ventosos. Estos cambios bruscos de temperatura y humedad pueden provocarnos resfriados, alergias, dolores articulares o migrañas. Además, el clima también influye en nuestro estado de ánimo, ya que tendemos a asociar los días grises con la tristeza y los días claros con la alegría.

Las personas mayores y los niños pequeños son especialmente susceptibles a las amenazas que el otoño presenta. El sistema inmunológico en estos grupos de edad es más vulnerable, haciéndolos más susceptibles a infecciones y enfermedades.

Todos estos factores pueden hacer que algunas personas desarrollen un trastorno afectivo estacional (TAE), que es un tipo de depresión que aparece con el cambio de estación y que se caracteriza por síntomas como irritabilidad, problemas de sueño, cambios en el peso o apetito, dificultad para concentrarse o desinterés por actividades sociales o de ocio. Según la Asociación Americana de Psiquiatría, el TAE afecta al 4-6% de la población adulta en Estados Unidos, siendo más frecuente en mujeres y en personas jóvenes.

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestro estado físico y mental en otoño?

Aunque el cambio de tiempo al otoño pueda afectarnos negativamente, no tenemos por qué resignarnos a sufrir sus consecuencias. Hay muchas cosas que podemos hacer para mejorar nuestro estado físico y mental en esta estación y disfrutar de sus beneficios. Aquí te damos algunos consejos:

Aprovecha la luz natural: La luz natural es fundamental para regular nuestro reloj biológico y nuestro estado de ánimo. Por eso, es importante que aprovechemos las horas de luz que nos ofrece el otoño y que nos expongamos al sol al menos 15 minutos al día. Esto nos ayudará a producir más serotonina y vitamina D, y a sentirnos más activos y felices. Podemos salir a pasear, a hacer deporte, a leer o a tomar algo al aire libre, siempre que el clima lo permita.

Adapta tu alimentación: La alimentación también juega un papel importante en nuestra salud física y mental. En otoño, debemos adaptar nuestra dieta a las necesidades de nuestro organismo y a los productos de temporada. Debemos consumir alimentos ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, que nos ayuden a reforzar nuestro sistema inmunológico, a prevenir enfermedades y a regular nuestro tránsito intestinal. Algunos ejemplos son las frutas y verduras de otoño, como la calabaza, la granada, la manzana o la zanahoria. También debemos consumir alimentos ricos en triptófano, un aminoácido que favorece la producción de serotonina y melatonina, y que nos ayuda a mejorar nuestro humor y nuestro sueño.

Mantén una rutina saludable: La rutina puede ser una fuente de estrés o de aburrimiento, pero también puede ser una oportunidad para organizarnos mejor y cuidarnos más. Es importante que mantengamos una rutina saludable que incluya hábitos como dormir 7-8 horas al día, levantarnos y acostarnos a la misma hora, hacer ejercicio moderado al menos 3 veces por semana, beber 2 litros de agua al día, evitar el alcohol, el tabaco y las drogas, y dedicar tiempo a actividades que nos gusten y nos relajen.

Disfruta de las ventajas del otoño: El otoño no solo tiene inconvenientes, sino también ventajas. Podemos aprovechar esta estación para disfrutar de sus paisajes, de su cultura y de su renovación. Podemos salir a contemplar los colores del otoño, a recoger setas o castañas, a hacer senderismo o ciclismo. Podemos asistir a exposiciones, conciertos, teatros, festivales o ferias que se celebran en esta época del año. Podemos hacer balance de lo que hemos hecho durante el año, valorar lo que hemos conseguido y lo que nos queda por hacer, fijarnos nuevos objetivos y planificar cómo alcanzarlos.

 

 

 

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