La frontera de la vida y la muerte: el impacto de la IA en la resurrección digital

Publicado: 17/10/2023
Además de las cuestiones éticas, surgen inquietudes legales, así como problemas de privacidad y preservación de la identidad
La tecnología avanza a un ritmo imparable, llevándonos a lugares insospechados. Nos brinda comodidades inimaginables hace tan solo unos años, pero también nos enfrenta a dilemas éticos y morales. Uno de los debates más recientes y controvertidos se centra en la inteligencia artificial y su capacidad para recrear digitalmente a personas fallecidas, una tendencia que ha surgido con el propósito de preservar la memoria de los difuntos o concienciar a la sociedad sobre cuestiones delicadas, como la violencia de género o la guerra.

Esta tecnología tiene la asombrosa capacidad de imitar con gran fidelidad la apariencia y la voz de la víctima, creando un nivel de realismo que resulta inquietante. Esto nos lleva a cuestionarnos aspectos éticos fundamentales. ¿Es adecuado recrear a alguien digitalmente una vez que ha partido? ¿Cuáles son los derechos de las personas fallecidas en lo que respecta a su imagen y voz? ¿Quién tiene la autoridad para utilizar estos vídeos generados por IA?

Un ejemplo de este dilema se manifiesta en la creación de chatbots o programas que intentan replicar a una persona fallecida. Uno de los proyectos más notorios en este ámbito fue "Replika" de Luka, inicialmente desarrollado para la comunicación personal, pero que algunos usuarios comenzaron a utilizar para simular conversaciones con seres queridos ya fallecidos.

En el Reino Unido, una mujer de 87 años vivió una experiencia extraordinaria al asistir a su propio funeral gracias a una innovadora startup llamada StoryFile. Esta empresa, similar a HereAfter AI, se dedica a capturar imágenes y grabaciones de audio antes del fallecimiento de una persona, para posteriormente convertirlas en una experiencia interactiva a través de la inteligencia artificial conversacional y la creación de un avatar holográfico.

Además de las cuestiones éticas, surgen inquietudes legales, así como problemas de privacidad y preservación de la identidad. Las personas fallecidas ya no pueden otorgar su consentimiento para el uso de su imagen y voz, lo que plantea la posibilidad de una violación de su dignidad. Estos interrogantes subrayan la necesidad de llevar a cabo un profundo y significativo debate sobre el papel de la inteligencia artificial en la recreación de la vida y la memoria.

Algunos profesionales dudan de la idoneidad de esta tecnología en momentos tan delicados de nuestra existencia. La doctora Kirsten Smith, investigadora clínica de la Universidad de Oxford, señala que los comportamientos dirigidos a restablecer la cercanía con personas fallecidas pueden tener efectos negativos en la salud mental, ya que dificultan la creación de una nueva identidad sin la persona fallecida y la formación de nuevas relaciones significativas. Además, podrían ser una forma de evitar la realidad de la pérdida.

"Los comportamientos de búsqueda de proximidad pueden impedir que alguien forje una nueva identidad sin la persona fallecida o que establezca nuevas relaciones significativas. También podría ser una forma de evitar la realidad de que la persona ha muerto, un factor clave para adaptarse a la pérdida", dijo.

El sociólogo y coordinador de impacto del Centro de Inteligencia Artificial de la Universidad de São Paulo (USP), Glauco Arbix, argumenta que este tema genera controversia, ya que plantea debates sobre los efectos psicológicos de traer a los muertos de vuelta a la vida mediante la tecnología. "No porque puedas hacerlo, debes hacerlo", enfatiza en la BBC.

"Una cosa es que guardes en el cajón una película de alguien que murió para verla unas cuantas veces y otra cosa es recrear (su imagen) en nuevas condiciones, como si siguiera vivo", apunta.

Al final, se plantea una importante cuestión ética y moral: ¿hasta qué punto debemos utilizar la tecnología para recrear la vida de quienes ya no están con nosotros?

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