Todavía no hemos dicho
adiós a las castañas y ya los supermercados se han llenado de turrones, mazapanes y polvorones. Cada vez llegan antes.
Hace años, comprar turrones a más de 25 grados era cosa de turistas, venían a España de vacaciones y aprovechaban el momento, sin embargo, ya se ha convertido en la tónica general de nuestro país. Mientras en
Canarias cancelan las clases por la ola de calor, en Andalucía los supermercados se llenan de
productos navideños, que se mezclan con las calaveras y telarañas de los productos de Halloween.
Ya no hay que esperar al encendido de luces de la ciudad, tampoco al anuncio de la lotería o el cava. Los pequeños (y no tan pequeños) comercios adelantan cada vez más la campaña navideña con un claro objetivo:
maximizar las ventas
Aprovechando que las navidades es la época del año en la que más dinero gastan los consumidores, ¿por qué limitarlo a un mes?
La anticipación de la Navidad también está influenciada por la
competencia entre los minoristas. Si un supermercado comienza a vender productos navideños temprano, otros pueden seguir su ejemplo para no perder clientes. Esto puede llevar a una especie de carrera para adelantar la temporada navideña.
Por otro lado, las familias pueden comenzar las compras con tiempo y
espaciar el elevado gasto en comida, regalos, decoración... Pero no todos están conforme, dejando a un lado el agobio de tanta fiesta junta y seguida, muchos consumidores consideran que la Navidad pierde 'su magia' forzando tan descaradamente su llegada.
Quien sabe, quizá en unos años compremos los turrones junto al protector solar y los bikinis.