El aumento de esta práctica se vincula a la crisis y a la dificultad de las familias y de las empresas
El Ayuntamiento de Arcos logró retirar en el primer semestre del año un total de 18 vehículos de la vía pública, principalmente en el centro urbano de la ciudad, pero también en el extrarradio y en el campo.
La Delegación municipal de Medio Ambiente y la Policía Local enviaron en ese periodo 41 cartas de apercebimiento y emitieron 11 expedientes sancionadores. De los vehículos retirados, 12 sufren un proceso de expediente sancionador. Estos vehículos, en su gran mayoría inservibles, son una importante fuente de contaminación, ya que suelen derramar aceite en plena calle y convertirse incluso en lugar de anidamiento de roedores.
Aunque existe una normativa clara y específica para el tratamiento de este tipo de residuos, ya que el usuario está obligado por ley a depositar su coche en desuso en un desguace homologado, se ha detectado un aumento de ese tipo de prácticas incívicas, algo que el propio delegado municipal de Medio Ambiente, Rafael Barrios, relacionó con la crisis, al detectarse que hay personas que no disponen de medios económicos para afrontar una avería del vehículo o que, simplemente, ya no pueden pagarlo.
Lo más curioso es que un porcentaje importante de los coches abandonados pertenecen a empresas de construcción que, en algunos casos, no han gestionado adecuadamente su abandono. Ello supone un trabajo extraordinario para la Policía, ya que en primer lugar debe averiguar el paradero del propietario, que en algunos casos ya ha dejado incluso la ciudad. Se da la circunstancia de que los vecinos han denunciado casos ante la Policía. Una vez levantada el acta y si el propietario no reacciona, el vehículo va a parar al desguace.