Alianda

Jesús Méndez se corona en su tierra

El cantaor demostró estar en un estado de madurez portentoso en la noche más flamenca del Tío Pepe Festival

Publicado: 12/08/2023 ·
13:29
· Actualizado: 12/08/2023 · 21:46
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  • Jesús Méndez, en Solera y Compás 2023 de González Byass. -
Autor

Juan Garrido

Periodista jerezano, director y presentador de 'Alianda', el espacio flamenco de Publicaciones del Sur

Alianda

El flamenco es objeto de estudio, opinión e información en este apartado que nace en Jerez pero que abarca toda la actualidad andaluza

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El pasado jueves, 10 de agosto, Jesús Méndez dio un nuevo paso en su carrera. Qué importante es seguir caminando en un género musical como el flamenco en el que no es nada fácil acomodarse en un inmovilismo que sigue reportando beneficios económicos. Pero el artista debe ser algo más. El que entiende cada una de las veces que se sienta en una silla para enfrentarse a un público es la oportunidad de su vida, ese acierta.  

Jesús demostró estar en un estado de madurez portentoso, podemos decir que se coronó en Jerez. Y Jerez es su tierra, que eso implica doble paso. Fue una noche, la del Solera y Compás del Tío Pepe Festival, con muchos quilates en el escenario y con emotivos recuerdos al cielo. Por un lado, tuvimos presente a Pansequito porque este maestro tenía firmado ya el contrato con este festival con motivo del inicio de sus sesenta años en el cante de forma ininterrumpida. Por otro lado, ese mismo día pero en el año 2011 fallecía Moraíto, a quien todos seguimos queriendo. El destino quiso que doce años después, fuera su hijo Diego del Morao el que se adueñara de la guitarra ante su gente y acompañando a tres titanes del cante flamenco de la actualidad. Quiso, además, regalar un solo por bulerías que supo a gloria porque lo de Diego es incontestable. Nadie con su aire, nadie con su ritmo, nadie con su aroma, nadie con su alegría, nadie con su carisma…

Antonio Reyes fue el encargado de comenzar la terna. A priori, según hemos podido saber, pues yo tenía encargada las tareas de presentación, la idea es que todos subieran al escenario en algún momento para compartir pero por mor de motivos varios no se dio el caso. El chiclanero, que calentó un ambiente aparentemente frío, realizó una comparecencia al nivel de siempre y pronto se marchó para otro festival. Muy reclamado. No tuvo problemas para conectar y eso que, insistimos, este certamen no suele tener el ambiente popular de otras citas en las que los oles van y vienen, por tanto, mérito doble. A Antonio se le quiere en Jerez.

Posteriormente, turno de Pedro El Granaíno. Nunca antes había compartido con Diego del Morao una actuación y esa emoción tuvo un resultado directo y emocionante. La seguiriya de Pedro estuvo dedicada al guitarrista, no hizo falta explicar por qué en un día señalaíto. Ni que decir tiene que el respetable se puso en pie. Es admirable que la afición acudiera en masa a un festival cuyas entradas no son nada baratas, aunque, a decir verdad, el cartel bien lo valía. Nos referimos sobre todo a que muchos festivales de la zona son gratuitos o a unos precios bastante asequibles, algo que poco a poco habría que atajar para que la dignificación del arte flamenco crezca. Bien por Tío Pepe y por el público, exquisito.

Y uno de los momentos de la noche: Joaquín Grilo. ¡Qué manera de bailar! Juega con el tiempo, lo seduce y rompe con lo previsible. Es el Dalí de la danza flamenca, el Picasso de los movimientos de cintura. Grilo es único y posee una personalidad que lo hace ser inimitable. No necesitó a cantaores, él solo con la caja de Ané Carrasco y las palmas de Diego Montoya y Manuel Cantarote consiguió completar el hechizo. Como dijo María Soleá en un recital de Manuel Agujetas en la Peña Tío José de Paula en los años 90, cuyo testimonio está disponible en audio: “¡Y ahora que lo haga otro!”.

Volvemos a Jesús, que fue el encargado de cerrar. Se le veía empoderado, fuerte y con una seguridad en el escenario admirable. Salió a disfrutar, a conectar y a dejar claro que aquí nadie regala nada y que el público es el que manda. Si cuando tu terminas de cantar por bulerías por soleá el patio de butacas se levanta para aplaudir, algún motivo habrá. Majestuoso por bulerías, con su replante incluido, a viva voz y llegando hasta el último de la fila. No hubo fin de fiesta, ya casi no quedaban titulares en los camerinos pero el público seguía reclamando más. A los pocos minutos, Jesús decidió salir con una torería de aúpa. Se marcaron, Jesús y Diego, una ronda de fandangos que provocó el mejor cierre de cuantos se esperaban.

 

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